«Esta temporada podremos llegar hasta los 15 minutos de tiempo añadido», aseguró Medina Cantalejo a principio de temporada. Todo con la idea de que los colegiados compensaran el tiempo que se pierde en faltas, saques de banda, córners, sustituciones y otro tipo de interrupciones y, así, subiera la cantidad de juego efectivo, algo que preocupa cada vez más.
Se han hecho esfuerzos para conseguirlo, pero lo cierto es que, la temporada pasó y poco han cambiado las cosas. Atendiendo a los datos recogidos por Opta, LaLiga ha vuelto a ser la que menos tiempo efectivo de juego ha tenido en la campaña recién terminada. Se jugó un tiempo medio de 53 minutos y 36 segundos. Supone medio minuto menos que la Bundesliga, que es la segunda en la que menos se jugó.
Lo más sangrante es con respecto a la Premier League, el espejo en el que nos miramos y nos solemos comparar. En las islas británicas se jugó una media de 57 minutos y 54 segundos. Casi cuatro minutos y medio de diferencia.
LaLiga ha mejorado respecto a la 2021-22, pero es una mejora casi imperceptible. Apenas 15 segundos de media. Algo es algo si tenemos en cuenta que tanto la Bundesliga como la Ligue 1 han bajado su tiempo efectivo medio. Pero, nuevamente, la comparación con la Premier es abrumadora. Casi tres minutos más de juego de una temporada a otra.
Parece insuficiente como no seguir insistiendo. No gusta al aficionado, pero tampoco al profesional Pellegrini ya lo advirtió allá por agosto de 2022, cuando echaba a andar la temporada: «Tenemos que hacer un esfuerzo entre árbitros, jugadores y entrenadores para que la Liga no sea esta vergüenza. En la reunión de los árbitros nos dijeron que es la Liga de Europa que se juega más lento, se demora más el saque de una falta, se simula constantemente y hay un espectáculo que tenemos que cuidarlo. Los árbitros deben apurar a los porteros para sacar pronto, a los bandas, a que no se tiren…».
Los árbitros deben apurar a los porteros para sacar pronto, a los bandas, a que no se tiren…
También Xavi fue por la misma línea: «El otro día tuvimos una reunión con los árbitros. Me parece ridículo que no se aplique el tiempo efectivo en el fútbol. ¿Qué esperamos a tener tiempos efectivos? Creo que estamos haciendo el ridículo. ¿No pone la UEFA fair-play? Pues esto es fair-play».
Xavi y las pérdidas de tiempo: «Estamos haciendo el ridículo»
Ambos son solo dos ejemplos de lo que preocupa el tema en el seno del fútbol español. Y se ha pensado en alternativas. Durante el Mundial de Qatar ya vimos alargues que llegaron a sobrepasar el cuarto de hora. Y hay más medidas en mente.
«Se habló de la posibilidad de parar el reloj, pero no es una opción posible en estos momentos
Pierluigi Collina, presidente del Comité de Árbitros de FIFA, reconoce que lo de parar el reloj ha estado sobre la mesa. «Se habló de la posibilidad de parar el reloj, pero no es una opción posible en estos momentos. La verdad es que se pierde mucho tiempo en las faltas, en los córners, saques de puerta, celebraciones de los goles. Los árbitros tienen que medir lo que se pierde en los cambios desde que se inicia hasta que se termina, los lanzamientos de penalti y, especialmente, en las celebraciones de los goles, que en ocasiones se va a los dos minutos. No vale ya lo de los 30 segundos por cambio. Se debe añadir tanto en la primera como en la segunda parte».
Esa es la idea, pero muchas veces no se aplica. En el fútbol español se hizo un esfuerzo inicial que se fue diluyendo.
Pensar en positivo
De todas maneras, el vaso siempre se puede ver medio lleno o medio vacío. Si queremos ser positivos, es cierto que hay una progresión ascendente ya que el tiempo efectivo ha ido aumentando en las tres últimas campañas. De hecho, ha mejorado en las cinco últimas salvo la 2019-20, un curso que podemos poner con asterisco porque fue en el que irrumpió el Covid que trastocó tantas cosas y en la que se jugó de media casi 52 minutos.
En la campaña 2018-19 en LaLiga se jugaban 53 minutos y ocho segundos. Por tanto, la mejora en el último lustro ha sido de 28 segundos. Un halo de esperanza aunque, quizás, aún insuficiente.
Queda trabajo por hacer y depende de todas la partes. En este sentido, Collina lo tiene claro: «Es una labor de todos. Entrenadores, futbolistas, espectadores y, por supuesto, árbitros».