Cinco años en el Rayo Vallecano dan para ser el ídolo del equipo del barrio humilde de Madrid, tanto dentro como fuera del campo. Un periodo de tiempo donde Isi Palazón se ha ido labrando un nombre en el fútbol español y que, a sus 30 años, solo una lesión va a impedir que esté el próximo domingo sobre el tapete verde ante el Real Madrid. Un jugador nacido en Cieza, pero que cada día que pasa es un poco más de Vallecas.
De esa misma lesión que le dejará fuera del campo ante el tercero de LaLiga EA Sports, ha sido claro, sobre todo porque están persistiendo las molestias más de lo esperado: «La rodilla va regular. Pensaba que iba a ser algo más fácil de recuperarme«. Un malestar que le impide comprobar el buen estado de forma del equipo que marcha séptimo en la clasificación y que tan solo está a dos puntos de los puestos de Conference League. Un «día a día» que está echando de menos y al que espera volver pronto.
La gente de Vallecas no es resultadista
Isi Palazón, un jugador humilde
Que el Rayo Vallecano es el único club de barrio de toda España en la élite del fútbol, es toda una realidad. Una plantilla comprometida de la que él mismo forma parte y que está demostrando una gran unidad para afrontar la temporada, unas señas con las que se identifica: «Me considero ciezano, berciano y vallecano. Sabemos que es un club muy especial para lo bueno y para lo malo. Destaco sobre todo la cercanía que tiene la afición con sus ídolos. Sales de cualquier estadio y aquí tienen la accesibilidad de estar con nosotros y nosotros se la damos. Intentamos inculcarle a la gente ese amor, que es recíproco. La gente de Vallecas no es resultadista«.
Es un gran fan del fútbol, como él mismo reconoce: «Me gusta ver a equipos en los que yo he jugado, pero por ejemplo un partido de Primera no me pongo. A lo mejor me levanto de la siesta y me pongo el partido que hay, pero no voy a casa porque tenga que ver un partido«. Aunque algo cambió en él hace unas temporadas buscando disfrutar un poco más del camino: «Antes estaba mucho más obsesionado con el fútbol, veía muchos mas partidos, me cuidaba muchísimo más… Pero yo no necesito tanto».
Isi Palazón abandona el terreno de juego tras caer lesionado en el partido ante el Villarreal.
Una desmitificación del futbolista profesional que consume su deporte a todas horas en la que ahonda un poco más: «Aparte de ser futbolista tengo mi vida. No quería que todas las decisiones de las 24h del día influyesen en el fútbol. No me voy a ir a tomar una cerveza el día de antes del partido«. De hecho, reconoce que antes de ese cambio «llegaba a los partidos muy saturado». Una pequeña modificación en su vida que le ha permitido disfrutar más de esa cercanía de Vallecas de la que hablaba: «Hoy en día se está terminando. Yo un día pierdo en Vallecas y me encanta ir a tomar algo. Y nadie me recrimina absolutamente nada, aunque entiendo que algún fanático se lo tome mal«.
La importancia de cuidar la salud mental en el deporte
Un jugador que es muy sensible con los problemas que atañe el día a día cada persona y en los que muchas veces es necesario un poco de psicología, de pausar cuando el cuerpo lo pide, y eso es lo que hizo durante un partido que llegó a tener la sensación de que iba a sufrir «un infarto». Experiencia que cuenta en dicha entrevista: «Siempre había trabajado tema psicológico en Villarreal y me había ido muy bien. Pero lo dejé. La vida me iba bien, pero de golpe y porrazo te van pasando cosas nuevas por el camino. La presión de esa temporada no fue muy buena y al final el cuerpo y la mente no sabe cómo gestionarlo«.
«Sólo 2 o 3 compañeros lo sabían. Era una sensación de no saber cómo tomar las decisiones. De cómo gestionarlo. A quién se lo digo, a quién no… Yo venía aquí y me ponía una capa para fingir ser la misma persona, y eso retroalimentaba que estuviera peor. En ese momento pensaba, ¿cómo puede estar pasándome a mí? Las sensaciones que tenía eran de que me iba a pasar algo. Me dolía el brazo, no dormía por las noches… una sensación rarísima. Me tomé hasta un Red Bull antes del partido y eso a lo mejor influenció. Me encontraba muy disperso, muy fatigado y miré a Francisco a pedirle, por favor, el cambio«, cuenta el futbolista.
Un mal momento que no pudo seguir ocultando y que terminó contando a la plantilla lo que le estaba sucediendo: «Luego se lo dije a mi madre y me puse a llorar. Les conté que estaba en terapia y fue un punto de inflexión para ir a mejor. Después tampoco me atosigaron, le dieron total normalidad«.
¿Europa? Hay que ser ambicioso
Un objetivo ambicioso… ¿la vuelta del Euro-Rayo?
Sobre la buena temporada del equipo y su permanencia más que asegurada, el jugador se mostró un poco más ambicioso y quiso mirar a las posiciones europeas: «En este caso, hay que ser ambicioso. En pretemporada no ganamos ni un partido, pero entrenábamos tanto y tan bien que no podíamos con nuestra alma. Ahora entendemos la exigencia que nos metía el míster. Da gusto ver jugar al equipo«, concluye.