El Barcelona regresó a la regla 1:1 a principios del mes de enero. Un logro importante porque el club llevaba tiempo sin poder hacerlo. La venta los palcos vips del futuro Camp Nou lo permitió porque la entidad se embolsó 100 millones que le permitieron entrar en un nuevo escenario. Era momento de tener los pies en el suelo y de planificar qué se hacía sin dejarse llevar por movimientos populistas de cara a la galería.
Deco ha sabido moverse con criterio en
La primera de ellas fue la Ronald Araujo. Era urgente porque la Juventus se lo quería llevar, ya había hecho una oferta de 35 millones y amenazaba con una nueva propuesta. Deco se movió rápido, habló con el jugador y cerró su renovación si bien dejando una puerta abierta para que pueda salir en verano. Una vez blindado al uruguayo, el club cerró la continuidad de dos piezas claves de futuro como son Pedri y Gavi. Estos eran los pasos fundamentales que había que dar.
¿Y a partir de ese momento? Pues poca cosa porque no había más ‘Fair Play’. Eran necesarias salidas para traer a alguien, pero no había manera. Por una parte los jugadores no querían salir y, por otra, la Dirección Deportiva estaba cambiando su estrategia respecto a las cesiones ya que se negaba a pagar una gran parte del salario como se había hecho en ocasiones anteriores. Por todo esto no se han producido más movimientos. El club está aplicando su estrategia sin dejarse llevar por urgencias que no llevan a ningún sitio.