Cada vez que un equipo se proclama campeón, las gradas retumban con un cántico inconfundible. Un grito que hoy forma parte del folclore futbolístico, pero que tiene un origen que nada tiene que ver con el fútbol.
El origen de la expresión
La historia se remonta a las minas de hierro del País Vasco durante la industrialización. En esa época, empresarios británicos explotaban yacimientos en zonas como Vizcaya, y era común que los mineros encontraran vetas especialmente puras del mineral.
Cuando se hallaba hierro de alta calidad —que no requería ser tratado con carbón para su fundición—, se etiquetaba con la palabra inglesa “All Iron” (todo hierro). Este material era más rentable, por lo que los trabajadores recibían una bonificación.
El hermano de Camavinga subió a sus ‘stories’ de Instagram un pequeño clip con la primera celebración de la plantilla del conjunto blanco todavía en el estadio Santiago Bernabéu.
Los mineros vascos, ajenos al inglés, comenzaron a pronunciar “All Iron” como “alirón”, y celebraban su paga extra con vítores: “¡Alirón, alirón!”. La palabra se convirtió en sinónimo de alegría y recompensa, y poco a poco se fue integrando en el habla popular.
La conexión con el fútbol llegó años después, cuando el deporte comenzó a expandirse por España a comienzos del siglo XX. Con el auge de los campeonatos y la profesionalización del fútbol, los seguidores de los equipos integraron el grito a los campos de fútbol.
Hay distintas teorías
La versión más extendida sostiene que fue la afición del Athletic Club la primera en popularizar el “alirón” en un contexto deportivo. El “¡alirón, alirón, el Athletic es el campeón!”se popularizó en las gradas, pero su historia es una muestra de cómo el fútbol no solo es un juego, sino también un espejo de la cultura y la transformación social.
BARCELONA CAMPEON DE LIGA 22/23
Pero no es la única teoría. Algunos investigadores apuntan al mundo del cuplé. En 1913, la vedette Marietina estrenó una canción titulada El Alirón, en la que el término aparecía como una moda madrileña, un juego melódico.
Otros atribuyen el origen a La Canción del Alirón, popularizada por Teresita Zazá. En esa versión, “alirón” derivaría del francés allons (“¡vayamos!”), usado para animar a la tropa. Una exclamación que habría saltado del ejército a los escenarios, y de ahí a los estadios.