
Sergio Francisco comenzó su etapa como entrenador de la Real Sociedad dando continuidad al sistema 1-4-3-3 habitual de la última década, con Beñat Turrientes jugando de pivote, y mandando a sus hombres a presionar prácticamente en el área contraria, como aspectos más destacables. Además, la estrategia funcionó casi perfecta, porque los dos primeros goles llegaron en dos faltas indirectas.
Con Remiro, Aramburu, Zakharyan, Sucic y Sadiq sin convocar, Kubo esperando a sus compañeros en Japón y Óskarsson siendo baja de última hora, el primer equipo titular de Sergio estuvo dispuesto en un 1-4-3-3 y formado por Marrero en la portería, Traoré, Zubeldia, Pacheco y Javi López en defensa, Brais Méndez, Turrientes y Marín en en centro del campo, con Becker, Karrikaburu y Barrenetxea en ataque.
El hecho de que Turrientes jugase de 4 y que los dos goles llegasen en dos faltas en las la Real tiró de su nueva estrategia fueron los aspectos más llamativos del primer día del entrenador irundarra, que permaneció en todo momento de pie, tranquilo y a la vez metido en el partido, como se ha solido caracterizar en el filial.
Odriozola y Oyarzabal, de extremos
Gorrotxategi y Marchal entraron en el minuto 20 por Turrientes y Becker, mientras que en la segunda parte salieron Rupérez, Jon Martín, Aritz, Aihen, Mikel Rodríguez, Urko, Sergio Gómez, Carlos Fernández, Odriozola y Oyarzabal, jugando estos dos últimos de extremos por la derecha y la izquierda, respectivamente, dos posiciones distintas a las de los últimos tiempos.
Sergio contó al final con los jóvenes Fraga, Beitia, Goti, Dani Díaz y Mariezkurrena, a los que no hace ni tres meses dirigía en el Sanse, pero ahora ya es el entrenador de la Real y su estreno en un partido siempre será especial, ya que fue en Zubieta y con victoria, además sin encajar gol.