
En el Real Mallorca se empiezan a ver los primeros brotes verdes de la temporada una vez cosechado el primer triunfo del curso. Tras un inicio dubitativo, por sensaciones y resultados, y después de un mercado a priori importante con por la gran inversión realizada, la ilusión parecía haberse frenado por la paciencia. Y ahora, precisamente eso, los resultados, son los que hacen ver todo de otra manera. Guanyar fa riure, dicen en la isla. Pero, pese a los brotes verdes que empiezan a asomarse, los problemas son evidentes y no hay que obviarlos. Todavía falta adaptación de los recién llegados, la defensa mejora, aunque sin Raíllo es más difícil y el centro del campo, principalmente Sergi Darder, debe dar un paso adelante para hacer crecer al equipo.
Pese a las carencias que padece este Mallorca, las soluciones se buscan con alegría si es con tres puntos en el bolsillo. Y uno de los protagonistas de esa primera victoria en Balaídos es Vedat Muriqi. El delantero vivió su mejor semana -al menos en el apartado deportivo- tras romper la sequía de las primeras fechas, intercambiándola por dos goles con su selección (ante Suiza) y otro con su equipo. Sin duda, su equipo lo necesitaba, sobre todo por la exigencia del calendario, con dos salidas consecutivas lejos de Son Moix en las que había que empezar a sumar para no verse en posiciones de descenso.
Muriqi recupera la alegría, aunque el trabajo nunca lo perdió. Pese a no estar acertado de cara a portería, nunca se ha puesto en duda su trabajo sobre el césped. Siempre se ha dicho que el kosovar es el primero en atacar, pero sobre todo en defender. Por eso es un indiscutible en el esquema de Aguirre, que tiene en el ‘7’ su delantero referencia para toda la temporada. Los Cyle Larin, Abdón y Amath Ndiaye, si el técnico mexicano decide jugar con un solo punta, deberán esperar su oportunidad en el banquillo. La figura de Muriqi no tiene sustituto.
15 goles en su última temporada: una cifra difícil de superar
El delantero del Mallorca anotó el pasado curso 15 tantos en Liga y en Copa. Sobre el papel, parece complicado que Muriqi pueda superar los registros del último curso, pero con él todo es posible y nunca descartable. Condiciones tiene y ganas, no le faltan. Su mejor fútbol revivió en Son Moix y así debe continuar siendo.
Confianza de la grada y de su entrenador no le faltará. «A veces hay premio y justicia. No sé si llamarlo divina o de qué, pero es verdad que ha sufrido y venía un poco lastimado anímicamente de todo lo que le ha venido pasando en la Liga. Es un balón de oxígeno para su recuperación mental o anímica, para motivarle y seguir trabajando, dijo Aguirre tras ganar en Vigo. Oxígeno, liberación mental y gol para un Muriqi que es el encargado de guiar al Mallorca hacia la permanencia.