Un cabezazo de Provedel, meta de la Lazio, arrancaba dos puntos al Atlético en su estreno de Champions. El shock por la inusual acción hundía un poco más a un equipo que llegaba de caer con una imagen lamentable ante el Valencia en Mestalla. El golpe al mentón alimentaba los fantasmas de hace un año, cuando los de Simeone tocaron fondo en LaLiga y con él K.O. inesperado de la Champions.
Y al fondo, llegaba el Real Madrid invicto y con la racha goleadora de Jude Bellingham. Las cuentas pasaban por tener que ganar a los madridistas para no ponerse a 11 puntos en la jornada 6. Ya saben, el recuerdo del año pasado… Pero algo cambió con el derbi para acabar firmando un repoker bajo mínimos.
Y eso que los rojiblancos han vivido esta racha de triunfos con la plantilla golpeada como pocas veces. Una media de siete lesionados por partido hacía que las listas de convocados fueran de 15 o 16 futbolistas de una plantilla que cuenta con 23 componentes. El eje de la zaga (con Giménez, Savic y Soyuncu) y la delantera (con Memphis y las entradas y salidas de Correa tras el derbi) han sido dos de las líneas más golpeadas. Apenas la portería se ha librado, aunque incluso Oblak acabó renqueante varios partidos.
Las bajas han provocado que varios jugadores hayan llegado al parón al límite de lo físico. Casos como los de Griezmann o Lino eran evidentes, pese a que ambos lo han dado todo. No han sido los únicos, por lo que se ha visto a futbolistas de gran físico como Molina o Llorente más justos en lo físico que nunca. Algo que Simeone ha ido sorteando como ha podido. No ha ayudado a dosificar a los jugadores más cansados los resultados ajustados de todos los duelos.
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La imposibilidad de rotar desde el inicio de los partidos se hacía extensible a no poder ni realizar los cinco cambios. En estas cinco victorias apenas Simeone hizo los cinco cambios con normalidad ante el Madrid. También ante el Feyenoord, aunque el último (el debut de Kostis) llegó en la prolongación para perder tiempo. Ante Cádiz y Real Sociedad realizó cuatro cambios y el día de Osasuna, solo dos. No había más jugadores del primer equipo con los que refrescar el equipo.
Con el equipo agotado han sido claves las charlas en los descansos para entrar enchufados. Hasta en tres partidos los rojiblancos marcaron en el primer minuto del segundo acto. Sabía Simeone que las fuerzas eran justas y que había que aprovechar el impulso de la pausa para hacer daño al rival. Aprovechar, en definitiva, los recursos al límite de las posibilidades de un equipo tocado.
Gol de Morata (3-2) en el Atlético de Madrid 3-2 Feyenoord
Es llamativo que en estas cinco victorias apenas en una, ante el Cádiz y teniendo que remontar un 0-2, el Atlético ganara la posesión al rival. Un 70-30 de dominio del balón que no volvió a repetirse en la secuencia de triunfos. Así, el Madrid tuvo un 64%, la Real Sociedad un 63, Osasuna un 55 y el Feyenoord un 52. Todos ellos tuvieron más la pelota pero menos efectividad que un Atlético que ha firmado un repoker bajo mínimos.
POSESIÓN EN LAS CINCO VICTORIAS
Real Madrid 36%-64%
Osasuna 45%-55%
Cádiz 70%-30%
Feyenoord 48%-52%
Real Sociedad 37%-63%
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