En el mundo del fútbol se suele decir que no existen dos partidos iguales. No obstante, Sorloth ha resquebrajado ese dicho esta tarde en el Power Horse Stadium. La UD Almería ha vivido un auténtico ‘dejavú’ de lo que ya experimentó en su día frente al propio Villarreal en La Cerámica. En aquel partido de la primera vuelta, el guion de partido fue calcado, con un Almería muy por encima del Villarreal en cuanto a juego y ocasiones desde el primer minuto hasta el 75 de encuentro. La falta de puntería del equipo de Vicente Moreno por aquel entonces, y la poca contundencia en área propia privaron a los andaluces de lo que habría sido la primera victoria de la temporada en su mejor partido como visitante.
Esta tarde ha sucedido algo muy muy parecido. Un Almería protagonista, que ha empequeñecido al equipo de Marcelino hasta el punto de que el propio técnico ha admitido que hoy ha ganado el conjunto que no lo ha merecido. Sin embargo, tras la expulsión de Ramazani y las ocasiones perdonadas una vez más por los pupilos de Pepe Mel han preparado el escenario perfecto para que el gigante noruego volviese a convertirse en verdugo de los rojiblancos como en aquel partido de la primera vuelta. Mismo rival, mismo guion y mismo protagonista, de nuevo, en el tiempo de descuento.
Se resiste el triunfo en casa
Los almerienses suman su decimosexto encuentro en casa sin conseguir ganar ni un solo partido y ya solo le quedan tres oportunidades para intentar evitar un dato negativo histórico como sería terminar la temporada sin ninguna victoria como local. El próximo sábado tendrá una de las últimas tres balas que le quedan con otro partido en su estadio ante el Getafe. Un día que, además, puede suponer el descenso matemático de la entidad indálica a Segunda división tras haberse puesto ya a 17 puntos del Celta (quien marca la salvación) tras la derrota de hoy. El Almería ahora sí, ha iniciado una cuenta atrás hacia el descenso definitivo.