A veces no alcanza tener la pelota, la iniciativa, las ocasiones, la ambición. A veces, solo porque es fútbol, David le gana a Goliat con sus armas, defendiendo con la vida y amenazando en cada aislado intento.
Así se le plantó República Checa a Portugal, uno de los favoritos al título de la Euro 2024, y estuvo a punto de de otro batacazo, esta vez en el grupo F. El 1-1 tuvo tintes dramáticos por momentos y, al final, fue poco el punto para los combativos checos.
Y es que desde el pitazo era un dominio abrumador lo de Portugal, que tenía cuatro ocasiones claras de Cristiano, uno de tiro libre, más uno de Bruno espectacular de media distancia, más el gran pase a Leao que no conectó por centímetros, más alguna más de Vitinha. Era increíble que no hubiera gol.
Y se explicaba porque República Checa dejó un bloque muy bajo, pegado a su portero, para contener al ‘bicho’, porque los volantes corrieron sin pausa a todo aquel que quisiera pasarle la pelota, porque estorbaron y se fueron al descanso casi ganadores.
Y para el complemento se animaron, porque seguro era parte del plan, y se fueron al arco rival y Provoc metió un riflazo a los 62 minutos que dejó sin reacción al portero y que amenazaba con el batacazo.
El problema es que fueron sus propios errores lo que castigó a los checos: a los 69 Hranac quiso rechazar y acabó haciendo el autogol del 1-1. A los 85 intentaba de cabeza Cristiano pero se le estrellaba en el palo, y aparecía Diogo Jota atento para el remate, y se peleaban todos por la pelota, y había dedicatoria para un bebé en camino, pero nada, todo acabó en amague porque había fuera de lugar del 7 en el origen de la jugada.
Pero la fórmula estaba en el banquillo: Conceicao (hijo del DT de Porto) aprovechó otro intento fallido de despeje y en la primera pelota que tocó marcó el 2-1 final.
Ahora Portugal y Turquía lideran el grupo F con 3 puntos, con todo por decidir en emocionante Euro 2024.