La necesaria venta de Youssef En-Nesyri tiene al Sevilla con las orejas tiesas. Una plusvalía importante que debe ayudar en la planificación de este verano, como el año pasado fue la de Bono, el otro futbolista marroquí que estaba en la plantilla campeona de la séptima Europa League. Ahora le toca al goleador, quien se lo está pensando muy mucho. Porque En-Nesyri tiene propuestas que multiplican por tres lo que recibe en el Sevilla de salario. Pese a esto, no está del todo convencido. Quiere sentir que da el paso correcto en su carrera, aunque igualmente el dinero también es un aliciente más que motivador. O esperar a un club superior, o marcharse a los destinos que han llamado a su puerta, desde Turquía y Arabia Saudí.
Fenerbahçe y Al-Qadsiah son los clubes interesados y que se han puesto en contacto con el entorno del delantero. Ninguno ha llamado al Sevilla con una oferta económica, ya que desde Nervión se les ha dejado claro que primero deben tener luz verde por parte del jugador, probablemente la parte más complicada de este traspaso. Porque el club andaluz tiene claro que no ingresará menos de 20 millones por su máximo artillero en las últimas temporadas y que el club comprador deberá poner ese dinero encima de la mesa. Siempre es más apetecible el dinero árabe, por la cantidad de cash que pueden colocar encima de la mesa.
José Mourinho y Míchel son los entrenadores que han puesto sus ojos en En-Nesyri, quien sí le comunicó al Sevilla antes de marcharse de vacaciones que haría todo lo posible por ayudar con una venta, justo en su último año de contrato. Ha cumplido una etapa en el Sevilla, con dos títulos y más de 70 goles. Ahora busca un nuevo reto, aunque ve que clubes de mayor calado que el propio Sevilla no llaman a su puerta. Ligas menos competitivas y con más recursos económicos, sí. Le toca decidir. En Nervión temen (sin decirlo en voz alta) que dé marcha atrás y desee quedarse. Necesitan el dinero de su venta como el comer.