No son los memes de internet la mejor forma de medir la realidad de forma habitual, pero tras el Mallorca-Madrid algunos no anduvieron lejos de la verdad. El Real Madrid superpobló la zona izquierda de su ataque y dejó la derecha casi libre, aunque disponible para las llegadas por ese carril de Fede Valverde y Carvajal. Los cuatro atacantes blancos (Vinicius, Mbappé, Rodrygo y, partiendo de unos metros más atrás, Bellingham), se concentraron en el lado izquierdo del ataque del Madrid, lo que provocó espesura y falta de fluidez ante la escasez de espacios liberados por la solidaria defensa del Mallorca.
La disposición de los atacantes blancos contrastó de forma evidente con respecto al anterior partido del equipo, el de Supercopa de Europa ante la Atalanta. En ese partido, Rodrygo (según se aprecia en los mapas de calor facilitados a MARCA por Opta) se dejó ver mucho más por la banda derecha, dejando el resto del ataque para el reparto más o menos equitativo entre Vini (izquierda) y Mbappé (más centrado). Ante el Mallorca, Rodrygo jugó básicamente por la izquierda, la zona desde que anotó el gol blanco, que no sirivió para encarrilar la victoria.
Siendo el caso de Rodrygo llamativo, más lo es el de Bellingham, de largo el mejor jugador del Madrid en Varsovia, un partido en el que jugó literalmente de todocampista: el inglés apareció cerca de los centrales, dio continuidad al juego desde el círculo central y apareció por los dos carriles de ataque. Más, ciertamente, por el izquierdo, desde el que habilitó a Mbappé para hacer el segundo gol del partido. Peto también piso la derecha, una zona por la que no apareció en Palma.
La ocupación de los espacios por parte de Jude y Rodrygo es clave en un sistema de cuatro atacantes con dos jugadores que tienden inevitablemente a la izquierda. Vini lleva varias temporadas haciéndose fuerte en esa demarcación (desde ahí hizo la jugada que precedió al gol de Fede al Atalanta), y Mbappé tiende también a ocupar la misma zona, aunque no de forma tan acusada. Un puzzle que Ancelotti debe ajustar de forma más similar a la de Varsovia que a lo que se pudo ver en Son Moix.