
El inicio del Valencia ha sido duro… muy duro. No encontraban la fórmula de la victoria. La dinámica presentaba nubarrones, pero la victoria ante el Girona -la primera de la temporada en la sexta jornada de Liga- ha dejado ciertos detalles de lo que tiene que ser el nivel competitivo de este equipo que si se abandona poco ganará…
El caso es que uno de los cambios que introdujo Baraja en el equipo fue el de Enzo Barrenechea en la medular. Necesitaba fuerza y criterio. El mediocentro de 23 años duró en el campo 68 minutos hasta que dijo ‘basta’. Se retiró con problemas físicos a la espera de ver su evolución y si puede estar ante Osasuna este martes en Mestalla.
El argentino cumplió junto a Pepelu. Hizo siete robos de balón, pero la clave fue el sentido de anticipación para forzar el error del Girona, en el minuto 55, que le permitió arrebatar el esférico, pasando a Pepelu que, al mismo tiempo, se la dio a Rioja para el 1-0… cuando el equipo visitante mejor estaba sobre el terreno de juego.
El gesto de ir a por el balón con esa convicción y destruir la creación del Girona fue decisivo para romper con el 0-0 en el marcador justo cuando más lo necesitaba el equipo, ya que el Girona había iniciado el segundo acto estirando líneas y llegando a la meta de Mamardashvili.
He visto bien a Barrenechea aunque le falta un poco de ritmo. Es un jugador que juega hacia adelante. Es importante que los que llegan sumen al equipo
El equipo no había arrancado como el año pasado. No encontraba esa fórmula intensa en los partidos que le dieran ese punto de personalidad. Pero con la presencia de Barrenechea puede haber encontrado Baraja lo que necesitaba.