Por edad, posición y lugar de nacimiento siempre se le ha comparado con Pedri. Aunque es cierto que Moleiro poco tiene que ver con el jugador del Barça. Alberto es un jugador con cualidades distintas. Tras varias temporadas a la sombra de jugadores como Jonathan Viera, el tinerfeño ha dado ese paso adelante que se le demandaba. Pide más el balón y es más protagonista con él. No se esconde. El juego ofensivo de los canarios pasa por sus botas, pero además Moleiro es solidario en faceta defensiva.
Pero la gran diferencia esta temporada es su eficacia de cara a gol. Suma cuatro tantos, uno más que en toda la temporada pasada. Goles todos diferentes, demostrando su repertorio. Al Real Madrid en jugada personal por la izquierda que el mismo finaliza. A Osasuna, de cabeza apareciendo solo en el segundo palo. El tanto anotado ante el Betis llega tras aprovechar una asistencia de Viti en el segundo palo. El último fue en Mestalla el pasado lunes. Moleiro remata con el interior del pie una incorporación desde segunda línea en el corazón del área.
Desde que Pepe Mel lo subió al primer equipo siempre le insistió en la finalización. Su potencia y velocidad en la conducción le hacen ser vertical. Una verticalidad que no se estaba traduciendo en goles. Partiendo desde la izquierda puede recibir con menos presión, y desde ahí se mueve con total libertad. Hacia adentro o hacia afuera. Moleiro siempre encara, siempre con el balón pegado al pie. Ahora, además, marca goles.
Contra el Girona y contra el cáncer de mama
El equipo canario vestirá totalmente de rosa en su próximo compromiso de liga. Una vestimenta ya tradicional en estos meses con motivo del día internacional contra el cáncer de mama.