El Arrebato puso el colofón a la fiesta del sevillismo con el himno del Centenario, el adiós a Jesús Navas en el Sánchez-Pizjuán. Previamente el palaciego se dirigió a todos los presentes con una emotiva carta que tuvo que interrumpir en varias ocasiones roto en lágrimas. Un homenaje a la altura de su leyenda. El presidente José María del Nido Carrasco le hizo entrega del XIV Dorsal de Leyenda, la máxima distinción que concede el club a los jugadores más importantes que han defendido su escudo. Última vuelta al terreno de juego ante una afición entregada que se resistía a abandonar sus asientos sabiendo que era la última vez que verían en el césped a su capitán. Una tarde para el recuerdo. El adiós de una leyenda.
«Empieza un nuevo día. Buenas tardes a todos y gracias por acompañarme y compartir todo este tiempo juntos. Hoy cerramos una vida jugando al fútbol, disfrutando de la pelota. Levantarte, ir a entrenar, compartir horas en la caseta del vestuario, disfrutar en el césped, tocar el balón, viajar, partidos… así hasta 705 con mi Sevilla, 39 más con el Sevilla Atlético, cuyo honor tengo de que jueguen en el estadio que lleva mi nombre, 183 encuentros en los cuatro años en todas las competiciones con el City y 61 con mi Selección repartidos en 56 con la absoluta y cinco con la sub 21. Afortunado de levantar trofeos. Allá donde jugaba he compartido títulos pero en nada me han modificado el comportamiento porque sigo siendo un tipo sencillo y de mi Sevilla Fútbol Club. El nuevo día me va a resultar complicado, por eso quiero empezar agradeciendo el ojo de Pablo Blanco, quien me llamó para estrenarme de sevillista con 15 años y, aunque os parezca mentira, el camino no se me ha hecho largo, al revés, hasta se me ha hecho corto. Jugar al fútbol para mí es lo máximo, disfruto con ello y por eso he llegado hasta los 29. Vivo para dar alegrías a mi Sevilla y a los seguidores españoles y si no hubiera sido por la cadera, habría continuado, dadlo por seguro. Por eso me resultaba muy difícil decir ‘esto se acaba aquí’ pero no es algo nuevo. Acumulaba cuatro años con esta dolencia y honestamente ya no podía más. Cuando recapitulaba los partidos disputados, no contaba con aquellos de mi formación, aquellos a los que acudía con mi abuelo Antonio, quien también me llevaba a los entrenamientos. Son instantes que me vienen a la memoria, momentos inolvidables con mis padres Paco y Aurora. Gracias mamá, gracias papá, solo espero haber estado a vuestra altura para devolveros el amor con el que me habéis tratado toda la vida. Confío en que estéis orgullosos de vuestros cinco hijos: Paco, Marcos, gracias hermano por tu ayuda en el camino que recorrimos juntos, que no fue fácil. José María y Javi. Os quiero. Espero que os haga felices mi comportamiento y compromiso con la familia, esos valores que me enseñasteis, no cambiar y ser el mismo del primer día, lo mismo que transmito a mis hijos», comenzaba.
«Después llegó a mi vida la persona que me aporta equilibrio y moderación, mi amor Alejandra. Quiero agradecer a Alejandra que nunca me dejase solo ni en los peores momentos. En la dificultad he contado con ella, me ha ayudado, me ha comprendido y me ha aguantado por cómo vivo el fútbol. Ha soportado mis malas caras, mis cambios de humor y mi soledad. Cuando perdemos soy de los que no quiero ver a nadie. No es fácil convivir en esos ratos y Alejandra, me has demostrado que me entiendes como nadie en este mundo. Gracias por tu paciencia y gracias por amarme tanto, Ale. Hemos formado una familia con Jesús y Romeo, mis dos pequeños, mis dos joyas, la razón de mi vida. Junto a vuestra madre os inculcamos los valores con los que crecimos: pasión, respeto y humildad, y además sois sevillistas, que eso también suma. Estos seis meses han sido un regalo sabiendo los problemas que he soportado, estos años sufriendo problemas en la cadera, pero estas ultimas semanas, la dolencia se ha agravado, ha ido a más. Volver a entrenar y a jugar ha sido algo muy costoso, pero muy emotivo a la vez. ¿Por qué dejarlo en diciembre? Lo que quería era acompañar en este tramo a mis compañeros, ha sido un auténtico regalo estar con vosotros», añadía.
«Venimos de dos años muy difíciles y buscaba estar con el equipo, ser protagonista en esta transición para ayudar a los más jóvenes y transmitirle mi experiencia de cómo entiendo lo grande que es el Sevilla. Desde Joaquín Caparrós, que me dio la oportunidad de cumplir el sueño de jugar en el primer equipo, he estado con muchos entrenadores y de todos he aprendido. El estreno fue ante el Espanyol, entré por Paco Gallardo y a partir de ese momento hemos conseguido muchas cosas. Quizá la primera Europa League, ese gol en semifinales de nuestro gran Antonio Puerta, puede ser la más especial después de tantos años, pero todos los títulos son maravillosos. No me olvido de los momentos personales muy duros que he tenido que superar. Las dolorosas pérdidas de José Antonio Reyes y de Antonio Puerta. Decidí vestirme con el dorsal de Puerta porque mi deseo ha sido darlo todo por él en cada partido y eso debe ser, dar alegrías a la afición en su memoria, la de dos sevillistas que nos dejaron demasiado pronto y demasiado jóvenes». De nuevo un recuerdo a sus amigos y referentes del sevillismo.
«Mi aventura en el Manchester City fue muy satisfactoria. La ayuda de Manuel Pellegrini nos permitió ganar y disfrutar lejos de casa. Soy de un solo club, pero debo dividir mi currículum en dos equipos. En el City fui feliz y maduré como jugador y como persona. Estaré enormemente agradecido a su gente y a sus aficionados. Sudáfrica 2010, aquella tarde en el Soccer City de Johannesburgo quedará en la memoria de los españoles. Participar en la jugada del gol es ponerle la guinda a una hazaña histórica para nuestro fútbol. No me olvido de Kiev, otro recuerdo inolvidable, sin embargo esta última etapa con la selección de Luis de la Fuente me ha llenado de muchísima alegría, ha sido un tiempo de entrega y sacrificio hasta el final obteniendo una feliz recompensa. ¡Qué orgullo más grande defender a mi país! La ilusión de siempre estar ahí me lleva a revivir grandes satisfacciones. Hemos recuperado para España el entusiasmo por la Roja. Los recuerdos permanecen intactos y nos queda el orgullo de haber hecho feliz a tanta gente. Termino dando las gracias a todos los empleados del club, a todos los que trabajan sin descanso desde hace meses para dar recorrido a lo que hoy termina. Gracias, muchas gracias a todos. Dejo para el final al más importante. A ti, sí, a ti, al sevillista, que se viste cada día con la pasión, con la emoción y la energía de vivir, con la gloria de compartir este sentimiento porque nadie es más grande que vosotros, nadie siente como sentís vosotros, nadie ama a esta familia rojiblanca como la amáis vosotros, nadie percibe más el orgullo del fútbol de esta ciudad que vosotros, nadie mejor que vosotros para guiarnos en el camino de éxitos. ¡Cuánto os voy a echar de menos! Os quiero. Dicen que nunca nos rendimos, por eso mi mayor deseo es que el equipo mantenga el legado que he intentado dar cada día, que no es otro que darlo todo en el campo hasta el último suspiro. Que estos jugadores y los que vengan hagan lo mismo para que vosotros les llevéis en volandas. Compañeros, esforzaros y no rendiros, dignificad esta camiseta y este escudo. Siempre en mi corazón porque nunca lo olvidéis: sevillista seré hasta la muerte. Os echaré mucho de menos. ¡Vamos mi Sevilla! ¡Viva el Sevilla!