
Lo que el fútbol te da, muchas veces también te lo quita. Algo así deben pensar los sevillistas. Después de golear al Barcelona antes del parón internacional, recibían a un Mallorca que no ganaba en el Ramón Sánchez-Pizjuán desde la temporada 2012/13. Además, los bermellones llegaban a esta novena jornada liguera contando todas sus salidas por derrotas. Sin embargo, las estadísticas volvieron a romperse. Esta vez, el Sevilla dio un paso atrás en la clasificación frente a un rival directo por la permanencia.
Matías Almeyda repitió la misma alineación que en el último partido, excepto Juanlu por Alexis, que arrastraba molestias físicas. Azpilicueta se lesionó al inicio del choque y evidenció su importancia en este Sevilla; sin él, a la defensa le falta tranquilidad en momentos calientes. Los andaluces crearon peligro mientras les duró la intensidad, especialmente por el flanco derecho. Carmona asistió a Vargas en el primer gol, confirmando el buen estado de forma de los dos. Entre ambos han participado en 10 de los 16 tantos de los suyos.
El Sevilla sometió al Mallorca durante media hora a base de transiciones, centros al área y más dominio de la posesión del habitual. Carmona y Juanlu demostraron que pueden ser complementarios y Jan Virgili llevó el peso ofensivo de los visitantes. Pero los locales perdonaron demasiadas ocasiones y lo pagarían caro. Tras la pausa, el cuadro de Jagoba Arrasate salió a presionar la salida de balón de su adversario. Los cambios del vasco, sobre todo los de Mojica y Joseph, no solo cortaron la sangría por las bandas, sino que voltearon la contienda.
Desconexión total
«Hemos tenido ocasiones para meter el segundo, pero han sido minutos de desconexión que no te permiten puntuar», apuntaba Juanlu al final del encuentro. Suazo y Marcao protagonizaron su peor actuación en lo que va de curso con varios errores no forzados. El empate anotado por Muriqi hundió al Sevilla, sin reacción ante un Mallorca que marcó tres goles en apenas diez minutos y luego usó el tiempo a su favor. A los hispalenses les cuesta un mundo jugar contra este tipo de equipos, que plantean escenarios de partido con menos espacios.
«Después del empate, modificaron más y caímos en esa tensión que habitualmente sucedía y es lo que trabajamos para modificar. Nos pueden hacer un gol o dos, pero hay que seguir firmes. Fue muy rápido. Nos hicieron tres goles en diez minutos. Cada duda mata«, analizó Almeyda en rueda de prensa. Si en la jornada anterior el Sevilla tumbó al líder, en esta se dejó remontar por el colista. Una derrota que sirve para rebajar la euforia excesiva que se había generado, devolviendo al Sevilla a su realidad competitiva.
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