
Dos derrotas, es verdad que ante rivales potentes, pero sólo dos. Con eso ha bastado para dinamitar el suelo que pisaba Xabi Alonso. Llegó al Madrid para ser entrenador, porque al parecer la queja con Ancelotti era que aparecía por Valdebebas vestido de funcionario perezoso y dejaba que los jugadores camparan a sus anchas durante un par de horas. Un argumento ridículo que no soporta el más mínimo análisis con media neurona activa. Menos cuando se
¿Quieres seguir leyendo?
¿Ya tienes cuenta?
English
Français
Español 



