Liverpool se mira en la tabla de posiciones de la Premier League y se ve octavo, no solo a 9 puntos del Arsenal sino a 4 -que es mucho- de Manchester United, dueño del último puesto a competencias europeas. Y lo que es peor: Manchester City, que cualquier día de estos asaltará el liderato, ha hecho 23 goles, 8 más (¡ocho!) que los ‘reds’.
Y se va a buscar consuelo en la Champions League pero no se ve cabalgando, como antaño, sino a tres puntos de la punta, con el lastre de haber debutado con goleada (4-1) y sin el pánico ofensivo usual, pues solo tiene 3 goles anotados mientras Napoli ya lleva 7. Y es Napoli, con todo respeto.
¿Qué le dice eso a Liverpool? Que sus figuras han descendido un escalón, bajaron un cambio en su rendimiento y eso no solo se está notando en Inglaterra y en Europa sino, a partir de ahora en las selecciones nacionales, donde ya no son indiscutibles y pocos tienen la ilusión de jugar el Mundial de Catar.
Ojo a la lista: Thiago Alcántara fue sacrificado por Luis Enrique no por malo sino por viejo; Ibrahima Konate espera un milagro para volver a contar en Francia y Fabinho jugó 27 minutos totales con Brasil, Roberto Firmino ni uno solo en su regreso tras lesiones desde Copa América (2021) y Arthur Melo no fue ni convocado.
Y si miran a la selección inglesa se pone mejor… o peor: Jordan Henderson es un cambio para cerrar partidos con Southgate que prefiere a Declan Rice y Jude Bellingham; Harvey Elliot no cuenta aunque aún es joven; Joe Gomez no es convocado desde octubre de 2020 y Trent Alexander-Arnold, el lateral que la mitad del mundo quisiera tener más allá de su momento actual, es cuarta opción detrás de Reece James, Kieran Trippier and Kyle Walker. Para rematar, Mohamed Salah y Luis Díaz, los atacantes titulares del Liverpool, no clasificaron al Mundial con sus seleccionados.
Así que Virgil van Dijk, Diogo Jota y Darwin Núñez, quienes anotaron para Holanda, Portugal y Uruguay en la pausa reciente de selecciones, además de Alisson Becker, arquero de Brasil, serán los únicos mundialistas en una nómina acostumbrada a ser más protagonista.
¿Es buena o mala noticia?
En términos de cotización y de imagen no existe mejor vitrina que una Copa Mundo y sin duda que para los que lo vean por TV será una gran decepción.
Pero esa mala noticia para ellos es toda una oportunidad para Jürgen Klopp: tiene 13 partidos en 6 semanas para ayudarles a los que tienen poca opción de llegar a Catar a elevar su nivel y darles una preocupación a sus seleccionadores, una vía que a Liverpool le permitirá salir de la crisis de resultados que arrastra.
Pero a los ‘perdedores’ que se queden sin Copa, como Díaz, les tiene preparado un campo de entrenamiento de mitad de temporada en Dubai para no perder ritmo y distraerlos de la pena. ¿Gana con cara y con sello? Él pensará que sí, pero el corazón de los jugadores excluidos es traicionero… ahí está el real desafío.