
Los dirigentes y aficionados del Sevilla comprobaron cómo, casi tres meses después, Marcos Acuña disputaba un partido completo. El lateral izquierdo sevillista, defiendo la camiseta de su selección, jugó el trascendental duelo ante México, que finalizó con victoria de Argentina (2-0). Acuña tuvo que jugar a su máximo nivel para ayudar a sus compañeros a conseguir la victoria, situación que igualmente extraña e Nervión, puesto que sus molestias en el pubis le impedían competir más de 45 minutos. Sampaoli le ha respetado esta anómala situación, sin obligarle a jugar más que media parte. Se conocía que deseaba llegar al Mundial. Ahí está. Y el Sevilla, muy molesto.
Porque el problema en el pubis de Acuña se podía haber solucionado con una operación durante el verano. El jugador decidió que le convenía más un tratamiento conservador, sin perderse ninguna de las convocatoria previa a la cita de Qatar, sabiendo que Scaloni le iba a llamar seguro. Lo que no calculó del todo bien es que el seleccionador se pensase la opción de sustituirle en la lista, incluso estando ya concentrado a días de iniciar la Copa del Mundo. Le convencieron las explicaciones del futbolista, al que no le importa poner en riesgo su salud física futura con tal de jugar este Mundial con Argentina.
Y el Sevilla ha asistido a todo esta situación como un invitado de piedra. La última vez que Acuña jugó 90 minutos fue el 6 de septiembre ante el Manchester City. Lo había hecho días antes frente al Barcelona. Y esa ha sido su total contribución para un partido completo durante la actual temporada. El Sevilla tomará medidas en cuanto finalice su actuación en el Mundial. Están muy molestos. Mientras, Marcos Acuña disfruta de la primera victoria de Argentina en el Mundial siendo uno de los grandes protagonistas.