Xavi Hernández va a tener trabajo extra en esta mini pretemporada que está haciendo con sus jugadores antes de que se reanude la competición de clubes. Uno de sus puntales, Ousmane Dembélé, va a llegar muy tocado de la concentración con Francia.
El Mosquito, que está citado para el próximo lunes, ha salido muy mal parado de la derrota francesa en la final del Mundial. Es uno de los principales castigados por la prensa y la opinión pública gala tras el varapalo que sufrieron en el choque con Argentina.
Xavi siempre ha elogiado públicamente la figura de Dembélé. Ha sido su principal valedor dentro del club. El que hizo más fuerza para que se le renovara contrato. Ha trabajado con él mucho, no sólo en aspectos tácticos, sino también de confianza. El egarense cree que un Dembélé con la autoestima alta es un jugador mucho más valioso para su plantilla. Probablemente tenga razón. La mejor versión del extremo se ha podido ver con Xavi a los mandos de la nave culé. Ahora tendrá que volver a empezar con ese trabajo psicológico.
Ya en una entrevista al entrenador que emitían los medios del club esta semana, Xavi se deshacía en elogios al futbolista. «No hay jugadores como él. Marca diferencias. Si no es cada partido, cada dos», aseguraba.
Dembélé hizo 40 minutos indignos para una final de un Mundial
Y es que los ataques al jugador han sido especialmente duros. Difícilmente se va a olvidar que cometiera el penalti con el que Argentina se adelantó en la final. L’Equipe iba con todo el pasado lunes. «Dembélé hizo cuarenta minutos indignos para una final de un Mundial», afirma el rotativo galo. «Siempre llegaba tarde a las ayudas», añadía. «Fue superado por Di María antes de cometer un penalti discutible. Además, todos sus primeros controles acabaron en las piernas del rival», sentenciaba.
RMC tampoco se quedó atrás en su crítica. «Fue una sombra de sí mismo. Controló cada balón muy nervioso», sentenciaba.
En cualquier caso, el que más señaló al futbolista del Barça fue el propio seleccionador francés, Didier Deschamps. Su sustitución a cinco minutos del descanso fue algo totalmente atípico en una final de un Mundial, teniendo en cuenta que el atacante no estaba lesionado. Con esa decisión, todos los focos quedaron dirigidos al jugador.
Dembélé fue una sombra de sí mismo
Viendo el panorama, está claro que a Xavi le espera trabajo para conseguir que el jugador sea capaz de hacer un punto y aparte en mitad de la temporada. Que olvide las críticas que le están cayendo. Que pase página tras la derrota en la final de Doha y sea capaz de cambiar el chip cuando se ponga la camiseta del Barça. Buena parte de las opciones culés de rascar algo este curso pasan por sus botas.
El jugador es el primero en estar convencido de que le dará la vuelta a su situación. En Can Barça está más protegido. Se siente un futbolista importante y sabe que el entrenador está de su lado. Dispuesto a generarle un clima que le permita dar su mejor versión. La mejor manera de levantarse es con buenas actuaciones.