El evidente bajón de juego del Real Madrid desde la vuelta de las competiciones de club tras el Mundial de Qatar (dos derrotas y un empate resuelto por penaltis en cinco partidos) ha causado zozobra entre la hinchada madridista, pero no ha cogido del todo por sorpresa al staff técnico del equipo. De hecho, se trata de un momento de forma ‘previsto’ tanto por Carlo Ancelotti como por Antonio Pintus en la temporada más atípica de la historia del fútbol, con la interrupción de un mes y medio entre noviembre y diciembre a causa de la disputa del torneo mundialista en Qatar.
El Mundial ha sido para todos, también para los jugadores del Barcelona que pasaron por encima de los blancos el domingo en Riad, pero en el plan físico de la temporada está programada esta disminución en el rendimiento físico de la plantilla a la vuelta de Qatar. De hecho, se diseño una especie de segunda pretemporada para los jugadores del Madrid, aunque la base siguen siendo planes específicos y personalizados para todos y cada uno de los integrantes de la plantilla, jugaran o no el Mundial 2022.
En ese plan, la idea era cargar pilas en la pretemporada estival de Los Angeles para empezar a un nivel alto, pues en el primer partido del curso el Madrid ya se jugaba un título (Supercopa de Europa). El objetivo era doble, pues se trataba de cosechar los mejores resultados posibles en Liga y Champions, llenar el granero, ante la incertidumbre que dibujaba eb el horizonte la cita de Qatar. El plan funcionó casi a la perfección, porque el equipo ganó diez de sus once primeros partidos de Liga y los tres primeros de Champions, que encarrilaban el pase a octavos. Se torció tras el polémico empate del Madrid ante el Girona (el día que Ancelotti habló de «penalti inventado» a favor de los catalanes), que permitió al Barça adelantar a los blancos.
Tras la carga del arranque de curso, el staff madridista previó una pequeña caída de rendimiento debido a la fuerte carga de trabajo programada para la segunda pretemporada del curso, la del mes de diciembre. Un plan que, según esperan Ancelotti y Pintus, debe empezar a dar frutos dentro de un mes. Es decir, justo a tiempo para impulsar al equipo en la eliminatoria de octavos de Champions ante el Liverpool.
Entretanto, los técnico blancos han de lidiar también con lesiones y bajos momentos de forma, más evidente en mundialistas como Vinicus, Modric, Valverde, Rüidiger o Carvajal. En este sentido, no se prevén grandes novedades en el equipo en el duelo del jueves ante el Villarreal, para el que Ancelotti no recupera a ningún lesionado (Alaba, Tchouaméni y Lucas), y en el que se espera un once con pocas variaciones con respecto al de la final de Riad. No hay mucho margen de maniobra teniendo en cuenta que hay varios jugadores de la plantilla (Hazard, Mariano, Odriozola, Vallejo…..) que son absolutamente residuales para el entrenador del Real Madrid.
Pese a todo, se trata de un partido importante para el equipo, quizá el más trascendente de la temporada hasta ahora. Una nueva derrota, tercera en cuatro partidos, no sólo supondría la pérdida de otro título (la Copa, menor para el club), sino que certificaría el estado de alarma que, de momento, ya merodea peligrosamente en las afueras del Bernabéu.