La Real Sociedad está viviendo la segunda época con mayores éxitos deportivos de su historia, después de la de los años 80 con los dos títulos de Liga y los de la Copa y la Supercopa, al haber logrado ganar otro torneo del K.O. y tres clasificaciones seguidas para la Europa League, todo ello justo después de que Roberto Olabe fuese fichado como director de fútbol y modernizase y ampliase el organigrama técnico del club.
La Real fichó a Roberto Olabe el 28 de marzo de 2018, un año después de que se hubiese ido del club, tras incorporarse seis meses antes, por desavenencias con Loren Juarros y Eusebio Sacristán, entonces director deportivo y entrenador, que fueron cesados para que llegase ya con plenos poderes.
Apenas cuatro meses después, el vitoriano presentó el nuevo organigrama de la Real, con hasta 11 unidades de desarrollo en el club, todas ellas con el objetivo de crear un gran área de rendimiento. «Queremos ser los mejores de lunes a viernes para merecer resultados extraordinarios los domingos», han repetido innumerables ocasiones el propio técnico vitoriano y su gran aliado en su plan, el presidente Jokin Aperribay.
En lo concerniente al primer equipo, creó en torno al entrenador y sus ayudantes habituales en el cuerpo técnico un grupo mucho más amplio de trabajo dividido en cinco estructuras: emocional, de análisis, condicional, de soporte y de salud y rendimiento.
Apuesta por especialistas
Para ello, Olabe inició una captación de profesionales que hoy aún continúa. Asier Garitano y Rubén de la Barrera fueron los primeros en llegar y en irse, en sus dos mayores fracasos, pero triunfaron el ahora en el Real Madrid Luis Llopis, como preparador de porteros, el coach Imanol Ibarrondo, su mano derecha Erik Bretos o las incorporaciones sorpresa desde Twitter de Abel Rojas (Ecos del balón), Guillermo Valverde (Marcador Internacional) y Xabier Esnaola (La mano de David).
Menos mediáticos, pero seguro que igual de importantes, son todos los expertos que ha ido sumando a la estructura con el objetivo de que los jugadores llegue a los partidos lo mejor preparados posible, siendo Alain Sola, el encargado de la terapia acuática, dentro del amplio número de personas dedicadas a la prevención y recuperación de lesiones.
El propio Olabe explicó en su día, en el MARCA Sport Weeekend, su plan. «No queremos hombre orquesta, que sepa hacer muchas cosas, sino que apostamos por la vocación y la especialización, por gente que esté las 24 horas los siete días de la semana pensando en como podemos mejorar. Hacemos reuniones de mapas visuales con el objetivo de descubrir talento», contó.
La sustitución de Garitano por Imanol Alguacil ha terminado siendo decisiva en los éxitos del primer equipo, ya que la Real ganó la Copa del la temporada 2019-20, primera que que planificaron desde el inicio, y ha terminado siempre en puesto europeo, 6ª, 5ª y 6ª. También llegó el primer título del equipo femenino y el ascenso del filial de Xabi Alonso a Segunda división.
Renovación total de la plantilla
A la par de esa amplia renovación y ampliación de la estructura técnica de todo el club, en el que se han multiplicado los entrenadores, psicólogos, preparadores físicos o analistas, Olabe inició una revolución silenciosa en la plantilla del primer equipo, en la que a día de hoy sólo quedan cuatro futbolistas: Asier Illarramendi, Aritz Elustondo, Mikel Oyarzabal, Igor Zubeldia.
Los cuatro salieron de una cantera de Zubieta que sigue siendo el pilar fundamental de la Real y en la que Olabe abrió la puerta a la incorporación de una cantidad limitada de niños y niñas no nacidos en Guipúzcoa. «Formamos y firmamos. El porcentaje en la formación es de 80% y 20%, con el objetivo de competir en Primera división con un 60%-40%», significó.
Una de las claves de que los de casa y los de fuera se identifiquen al máximo con el proyecto es que en su búsqueda del alto rendimiento no cae en el usar y tirar chavales. De hecho, la media de estancia en el club de los casi 700 jóvenes incorporados en los últimos 20 años es de siete años y medio, logrando cerca de un 10% el sueño de llegar a Primera división defendiendo la elástica txuriurdin.
El Plan de Mejora Individual de la cantera
Para intentar que el éxito en la captación sea el mayor posible, la Real implantó un modelo de desarrollo basado en cinco pilares: la selección, el entrenamiento, la competición, la evaluación y la educación.
¿La educación en el fútbol? Sí, la entidad guipuzcoana tiene profesores de refuerzo de sus promesas, con la objetivo de ayudarles también a que lleven sus estudios de la mejor manera posible, consciente de que, como hemos apuntado antes, sólo unos pocos llegan a la élite.
De ese trabajo en el fútbol formación se podrían destacar muchas cosas, pero dos pueden llamar la atención por encima del resto. La primera, que en las edades más tempranas, todos los futbolistas de la plantilla tienen que jugar un mínimo de minutos (el 50% en infantiles y cadetes, y el 35% en juveniles).
Y la segunda es que se prioriza el crecimiento individual por encima del colectivo, es decir, se sube a las mejores promesas al equipo superior aunque eso conlleve que se dejen de ganar partidos y competiciones. Entra dentro de lo que en Zubieta se llama el Plan de Mejora Individual.
Con la intención de que eses PMI resulte lo más exitoso posible, Olabe también ha ampliado de manera importante la cantidad de especialistas que se dedican a la base, incidiendo además en la idea que ya se estaba implantando antes de su llegada, de que todos los equipos utilizasen el mismo sistema de juego que el primer equipo. Así se explica que, cuando Imanol sube a algún joven del filial, apenas necesite periodo de adaptación.
Fichajes top mundial
Conscientes de que la formación mental es tan o más importante que la física, en Zubieta también hay un programa de desarrollo de competencias socio-emocionales, a través del cual se busca que los jóvenes gestionen y naturalicen todos los sentimientos que tienen durante su etapa en la Real.
La captación de los jugadores que ‘refuerzan’ al modelo de cantera también tiene su trabajo al detalle. Así, para los equipos de élite, en 2021 los técnicos realistas tuvieron, por ejemplo, a casi 55.000 jugadores referenciados, de los cuales a 480 se les hizo un informe pormenorizado, para acabar fichando a tres para el primer equipo y otros tantos para el filial.
El éxito en esas incorporaciones es algo fundamental para que a la Real le vaya bien y, aunque con errores porque la perfección es imposible, el salto de nivel que ha logrado el director de fútbol realista ha sido notorio.
Que jugadores de la trayectoria de Nacho Monreal o David Silva eligiesen el proyecto de Olabe para su regreso a LaLiga, después de pasar por Arsenal y Manchester City, es un éxito, lo mismo que el convencer a jóvenes promesas que están en la órbita de muchos clubes, como Mikel Merino, Alex Isak, Martin Odegaard o Take Kubo, de que el guipuzcoano es el ideal para continuar con su progresión.