El paso del tiempo no perdona a nadie, ni tan siquiera al último Balón de Oro, Karim Benzema. A esa realidad hay que sumarle la inactividad que ha sufrido el delantero del Real Madrid por culpa de las últimas lesiones musculares, lo que es muy complicado en un organismo de élite. El ‘motor’ de Karim ha estado más tiempo del necesario en el ‘taller de reparación’.
Nunca ha sido un jugador veloz, sin embargo, lo ha compensado con un buen ‘VO máximo’ que le permitía repetir esfuerzos con una frecuencia cardíaca estable (120-13O pulsaciones por minuto) y a la vez oxigenar su musculatura. Sin embargo, su inactividad también ha afectado a su capacidad funcional, ya que con sólo 10 días de pérdida de tareas específicas de capacidad aeróbica (cantidad de energía de una vía metabólica, en este caso aeróbica) es del uno por ciento. En un porcentaje más pequeño el equilibrio entre músculo y grasa también se ve afectado.
Todos estos datos objetivos explican la montaña rusa del rendimiento físico de Karim esta temporada.Seguro que seguirá metiendo goles, pero el ‘canto del cisne’ se acerca irremediablemente para el magnífico jugador que es el delantero blanco.