
Apenas unos segundos separaron a Paulo Pezzolano de firmar su primera victoria en LaLiga. El rácano descuento de Muñiz Ruiz reduce todavía más la corta distancia a la que se quedó el entrenador uruguayo de tomar el relevo de Pacheta con éxito inicial.
A simple vista, los cambios que el apodado ‘papa’ ha implementado en el Real Valladolid no son los suficientes para revertir la dinámica de juego que ha llevado al Pucela al límite del descenso, pero el cambio actitudinal fue más que evidente.
Lo que hasta hace unos días era un grupo moribundo y nulo cuando se enfrentaba a una situación negativa se convirtió en un equipo capaz de convertir un 1-2 en un 2-1 con dos corazonadas. Algo que el José Zorrilla hacía tiempo que no veía pese a las promesas del anterior técnico. Pezzolano va poco a poco y no quiere poner a la entidad blanquivioleta patas arriba.
De hecho, los cambios son detalles extradeportivos buscando, por supuesto, una influencia competitiva. Por ejemplo, y algo habitual cuando hay técnico nuevo, cambiar de banquillo. Esgrime Pezzolano para justificar esa novedad que quiere estar cerca del linier. Y la nueva posición le permite dirigirse al juez de línea con más inmediatez, situándose a escasos centímetros del asistente arbitral.
Otra de las novedades estuvo en la llegada del autobús Del Real Valladolid. Pacheta tenía la costumbre de bajarse del mismo el primero, instantes después de que se abriese la puerta delantera. Pezzolano, pese a encabezar a la expedición en el interior del vehículo, se toma su tiempo para poner pie en tierra. Quizá por los nervios del primer día se olvidó su mochila personal, recogida por miembros de su cuerpo técnico para hacérsela llegar al vestuario del Real Valladolid.
Otra de las diferencias con respecto a Pacheta reside en el día de descanso. Pezzolano ya ha comunicado a la plantilla que, de forma habitual, la jornada de asueto será el día posterior al del partido, variando los planes de un Pacheta que alternaba en función de los horarios y de la planificación semanal.
Si bien llegaba con fama de «intenso», el ‘Papa’ Pezzolano estuvo comedido en sus primeros 90 minutos en el José Zorrilla. Tanto con sus jugadores como con los árbitros. En rueda de prensa se limitó a defender a los futbolistas que fueron pitados desde la grada y a mantener las formas con el estamento arbitral, reduciendo su mensaje al VAR como herramienta más que a la actuación de Muñiz Ruiz pese a las polémicas que se vivieron en el tramo final del encuentro.