A lo margo de su dilatadísima trayectoria profesional, Joaquín Sánchez, el eterno capitán del Betis, disputó 51 partidos oficiales con la Selección Española absoluta en los que marcó cuatro goles. Siete años defendiendo los colores del combinado nacional que, por desgracia para su palmarés, terminaron de manera abrupta justo antes de que, con Luis Aragonés al frente, arrancara la serie de triunfos más brillante de la historia para nuestro país.
Joaquín, que ya había brillado con la sub 21 cuando aún daba sus primeros pasos en el mundo del fútbol, no tardó en estrenarse con la absoluta. En su primera campaña en la máxima categoría fue convocado por José Antonio Camacho y debutó como internacional un 12 de febrero de 2002, disputando el partido completo frente a Portugal, un amistoso que se jugó en Barcelona, en el Estadio de Montjuic.
Un fijo desde 2002 en la Selección
A partir de ahí, el portuense pasó a ser un fijo en la Selección. Una historia marcada por tres momentos relevantes. El primero, durante el Mundial de Corea y Japón, el verano de 2002. Joaquín había jugado y asistido en el tercer partido de la fase de grupos, ante Sudáfrica, y después de ser suplente en octavos ante Irlanda, volvió al once en el encuentro clave, en los cuartos de final frente a la anfitriona, Corea del Sur.
Para el triste recuerdo de la afición española quedará siempre esa jugada del portuense, llegando a línea de fondo y sirviéndole en bandeja el gol a Morientes, que el colegiado egipcio Al Ghandour anuló aludiendo a que el centro de Joaquín había salido por la línea de fondo, algo que no ocurrió. Y para desgracia del capitán bético, suyo fue uno el fallo en la tanda de penaltis que dejó a España sin semifinales.
Revulsivo en el Mundial de Alemania
Joaquín disputó también la Eurocopa de 2004 en Portugal y el Mundial de Alemania, en 2006, donde asumió un papel que nunca le ha gustado: el de revulsivo. En el segundo encuentro de la fase de grupos, España perdía 0-1 ante Túnez hasta que Joaquín, partiendo desde el banquillo junto a Raúl y Cesc, logró darle la vuelta al marcador. Un segundo momento clave en su carrera internacional y una aventura mundialista que finalizó en octavos de final ante Francia.
Tras la Copa del Mundo, Joaquín siguió formando parte de las convocatorias de la Selección para la fase de clasificación de la Eurocopa de Austria y Suiza. Pero cuando llegó el momento de disputar la fase final del torneo, y después de un tramo final de temporada repleto de polémicas en el Valencia por su enfrentamiento (y el de varios de sus compañeros de equipo) con Koeman, el seleccionador nacional, Luis Aragonés, decidió dejarle fuera.
La llamada de Aragonés que nunca llegó
Con otro tipo de fútbol, sin recurrir a los extremos, posición en la que Joaquín destacaba, España arrancó un camino de éxitos que le llevó a ganar dos Eurocopas y un Mundial de manera consecutiva. Sin Joaquín, que ‘murió’ en la orilla en la tercera y última fecha clave de si aventura internacional. Algo que ha lamentado siempre y sobre lo que habló recientemente en ‘La penúltima y me voy‘, el documental sobre su vida que emitió Antena 3.
«Es una espina grande que tengo», reconocía Joaquín. «Luis Aragonés no se portó todo lo bien que se tenía que haber portado conmigo. Y no lo digo por el trato, lo digo porque qué menos que haberme llamado y decirme lo que pensaba y por qué me dejaba fuera de la Selección«. Una llamada que nunca se produjo y unas palabras, las del portuense, por las que fue silbado recientemente en su visita al Metropolitano, la casa del Sabio de Hortaleza.