
Decía Quique Setién el pasado jueves que el Villarreal tiene en Nicolas Jackson un «diamante por pulir», aunque al futbolista senegalés le falta «pausa» para dar el salto de calidad que el paso de los partidos y la experiencia le irá aportando. Ante el Celta, el senegalés dejó a un lado el exceso de aceleración y los «pecados de juventud». Y le bastaron 12 minutos para firmar el primer doblete de su carrera como futbolista profesional y encarrilar la victoria de su equipo.
Lo cierto es que el joven ariete se encuentra en un momento dulce tras anotar cuatro goles en este mes de abril. Ante la Real Sociedad ya vio puerta para poner la firma a la victoria en la jornada 27. De la misma forma acumuló el anotado el pasado jueves ante el Espanyol y el doblete de esta jornada al Celta de Vigo. Igualmente en el Sánchez Pizjuán vio puerta, aunque el VAR anuló su tanto por un fuera de juego. «Estoy muy contento, quería marcar tres, pero el míster al final me cambió. Estoy feliz. He seguido trabajando y las cosas están llegando. Soñamos con la Champions», aseguraba tras el partido el futbolista.
Estoy muy contento, quería marcar tres, pero el míster al final me cambió
Pudo salir en invierno
El joven senegalés, que estuvo a un paso de abandonar el Villarreal en el mercado invernal, suma siete tantos esta temporada, seis de ellos en LaLiga. Sólo el hecho de no superar satisfactoriamente la revisión médica impidió su traspaso al Bournemouth inglés. De esta forma, se convierte en poco menos que un fichaje para su técnico, Quique Setién. «Las circunstancias le tenían fuera del club. Ganamos un buen jugador y le dijimos que iba a valer el doble, y estoy convencido de ello. Tras la lesión ha tenido un proceso de mejora. Amenaza la espalda, es fortísimo y nos da un plus importante», afirmaba el técnico cántabro.