Japón goleó y arrasó con comodidad en el primer encuentro del Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda, con los goles de Hinata Miyazawa (doblete), Mina Tanaka, Jun Endo y Riko Ueki a la debutante Zambia, que no fue capaz de encontrar la velocidad de sus delanteras para crear peligro.
Con la baja de última hora de Grace Chanda, que se queda fuera del torneo por enfermedad, Zambia afrontaba su primer partido en un Mundial rodeada de polémicas (presuntos abusos sexuales del seleccionador o dudosas bajas de jugadoras que protestaron por impagos), a las que querían ser ajenas para hacer frente a una potencia como Japón, campeona y subcampeona mundial en 2011 y 2015.
Los sesenta y seis puestos de diferencia en el ranking FIFA entre ambas se notaron desde los primeros compases del partido, donde la selección nipona implantó su poderío y fue protagonista con un juego muy directo para intimidar a las debutantes africanas, que no eran capaces de sacudirse de la presión y salir al contraataque.
El ansia de Japón por dominar sin compasión a su rival hizo que la selección de Futoshi Ikeda mostrara una cara poco conocida. Japón atacaba imprecisa, apresurada y sin orden, pero ese descontrol duró lo que tardó la selección en entrar al partido: apenas unos cinco minutos.
De ahí en adelante fue dominio y goleada japonesa.