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La salida de Mario Hernández del Rayo Vallecano obligó al conjunto franjirrojo a mover ficha y tratar de buscar en el mercado una opción que subiese el nivel de la competencia con un Iván Balliu que había sido indiscutible para Andoni Iraola. La opción finalmente elegida fue la de Andrei Ratiu, que a sus 25 años buscará con la Franja demostrar que el rendimiento mostrado en El Alcoraz no fue casualidad y derribar de forma definitiva la puerta de la élite.
Después de un primer curso en el que Ratiu consiguió superar la competencia de Buffarini primero y Gerard Valentín después, el de Aiud se asentó a las órdenes de Ziganda la temporada pasada, convirtiéndose en un fijo para el que fuera técnico del Athletic. El preparador navarro logró equilibrar a Ratiu, que llegó a Huesca como un gran lateral ofensivo, pero con carencias a nivel defensivo. Ahora, es un futbolista maduro, ordenado y, que consciente de que tenía que subir su nivel en ese aspecto, la última temporada lo hizo, aumentando el número de duelos ganados, entradas o intercepciones.
Sus números ofensivos de la 2022-2023 están fuera de toda duda. Ratiu acabó siendo el futbolista con la velocidad punta más alta de LaLiga Hypermotion (35,8 kilómetros por hora), fue con 68 el sexto futbolista con más regates completados de la categoría de plata, además de sumar dos goles y cinco asistencias, datos que le dejaron como el segundo futbolista más decisivo en el plano ofensivo para los oscenses, únicamente superado por Juan Carlos.
Un fijo para Rumanía, que seguirá contando con él en septiembre
El verano más que agitado de Andrei Ratiu no impedirá que acuda con su selección para disputar los encuentros clasificatorios a la próxima Eurocopa que disputará su país ante Israel y Kosovo. La selección dirigida por Iordanescu es ahora mismo segundo de su grupo con ocho puntos, únicamente superados por los 10 de Suiza. Después de su estreno en una gran competición en los Juegos de Tokio, el nuevo lateral rayista ha sido un fijo en los planes de su selección y su sueño pasa por poder jugar el próximo verano la Eurocopa.
A pesar de no haber estado a disposición de Francisco ante el Atlético, después de haber completado sólo dos entrenamientos y una pretemporada más que atípica en Huesca, el rumano podría tener sus primeros minutos contra el Betis en el Benito Villamarín. De hecho, el propio jugador reconocía en los medios del club que su deseo es el de ir asentándose poco a poco en el once de Francisco: «El míster me ha pedido que disfrute, que voy a aprender y sobre todo que trabaje. Mi objetivo es ir entrando, jugando y compitiendo», ha reconocido.