El 1 de septiembre ha sido un día atípico en el mundo del fútbol con un mercado abierto al mismo tiempo que arrancaba la cuarta jornada de Liga con el Cádiz, precisamente, que jugó mientras la dirección deportiva trabajaba a toda máquina para cerrar el capítulo de llegadas y también el de salidas. La primera de ellas se cerró a mediodía pese a que no se ha hecho aún oficial a esta hora de la noche: Rominigue Koumané (26), un mediocentro procedente del Troyes que refuerza una medular del campo que cuenta con pocos efectivos tras la salida de Diarrá. La otra salida pendiente se anunció con las alineaciones en las que no estaba Osmajic que, pese a entrar en la convocatoria, se marcha rumbo al Preston y no se sentó en el banquillo en un traspaso del que no se han comunicado cifras por mutuo acuerdo entre clubes.
Entre tanto el Cádiz CF recibía al Villarreal y en apenas treinta minutos le daba tiempo a encajar un gol, ver cómo expulsaban a Pedraza, remontar y dominar ante un rival frente al que no pierde como local desde hace casi diez años. A este Cádiz puede que le faltaran refuerzos antes del pitido final del mercado pero viendo el estado de forma de Alejo o el del propio Darwin Machis, recuperando su mejor versión, y el inicio de Liga, son muchas las voces que no lo creían necesario, en un estado de ánimo totalmente diferente a mercados veraniegos anteriores.
Y es que Sergio González tiene la culpa de lo que pasa con este equipo. La estrategia funciona, tiene carencias (muy pocas al parecer) pero las suple con trabajo táctico y con el compromiso de unos jugadores que llevan hasta el extremo la idea del técnico con una presión alta que complicó la vida al Villarreal y una intensidad que, sobre todo en el Nuevo Mirandilla, se convierte en un arma muy poderosa contra cualquier rival.
El año pasado el Cádiz sumó cero puntos y cero goles en las primeras cinco jornadas. En ésta ya ha logrado dos victorias y un empate, perdiendo solo ante el FC Barcelona, un inicio antagónico, prometedor y que llega gracias, entre otras cosas, a que pese a las posibles llegadas de última hora, este año el bloque esencial del equipo, la estructura que quería Sergio está más que engrasada desde hace tiempo con Javi Hernández en el lateral y Darwin en la banda izquierda como únicas novedades con respecto a un once inicial que bien podría haber formado el técnico en la segunda parte de la temporada.