El Barcelona no quiere bajarse de la nube. Los azulgranas todavía tienen el subidón en el cuerpo por la remontada al Celta de Vigo in extremis. Un resultado que, combinado con lo que sucedió en el derbi madrileño el domingo, ha colocado a los catalanes en lo más alto de la clasificación. Y, claro, la intención de los de Xavi es mantenerse ahí todo lo posible.
La temporada pasada los culés se colocaron líderes en la jornada 7, pero no consiguieron agarrarlo definitivamente. Eso no sucedió hasta la jornada 13. Fue a partir de esa fecha cuando los azulgranas se convirtieron en un equipo intratable y no volvieron a ceder el liderato en todo el curso. Así construyeron su último gran título. El mismo que pretenden revalidar en este temporada de transición.
El Barça atraviesa un momento dulce. El juego contra el Celta estuvo lejos de lo que pide Xavi, pero el equipo demostró tener otros recursos para poder sacar partidos adelante. El técnico ya ha advertido que el Barcelona no es un club que pueda acostumbrarse a vivir de la épica. Necesitarán volver a la senda del buen fútbol que ya tomó en los partidos contra el Real Betis o el Amberes para poder sacar adelante citas tan importantes e inminentes como la del Sevilla o la del Oporto.
Para recuperar ese nivel será importante que los Joaos sean capaces de mantener el rendimiento exhibido en sus primeras participaciones. Los dos portugueses son la gran sensación en el mundo culé. Los solucionadores de problemas en los momentos complicados. Ellos y Robert Lewandowski, claro. A pesar de las críticas iniciales, el polaco sigue haciendo gala de una enorme efectividad. No le hace falta mucho para ver portería. Ahí están sus cinco goles para atestiguarlo.
También lo que sea capaz de inventar Xavi en el centro del campo. Está obligado a buscar soluciones en la medular ante las bajas forzosas (por lesión) de Pedri y Frenkie de Jong. Gavi es el jugador que tiene más papeletas para jugar junto a Oriol Romeu y Gündogan, aunque no se puede descartar alguna irrupción menos previsible, como Sergi Roberto o Fermín.
La temporada sólo acaba de empezar, pero Xavi es muy consciente de la importancia que tiene ir sacando buenos resultados para la moral de las tropas. Recién renovado, nadie discute su autoridad, pero siempre todo es mucho más fácil cuando se manda en la clasificación.
El de Terrassa sabe que el de esta noche puede ser un partido de esos que se le atraganta a su equipo. Es cierto que el balance de Javier Aguirre contra los azulgranas es nefasto -ha perdido en 21 de sus 27 enfrentamientos como entrenador contra los catalanes-, pero también que los culés sufren para generar ocasiones si los rivales se encierran. Eso es lo que se espera que haga el Mallorca con la presumible línea de cinco que el mexicano alineará esta noche.
Toca levantarse
El Mallorca quiere pasar página después de la dolorosa derrota sufrida en su visita a Girona. El Barcelona no es el mejor rival para curar las heridas, pero sí la primera oportunidad para cambiar las malas sensaciones de Montilivi. Que aparezcan brotes verdes que inviten al optimismo y que hagan que arranque un equipo del que se espera más.
Para plantar cara al conjunto blaugrana es necesario recuperar la mejor versión de Sergi Darder. El centrocampista mallorquín, elogiado -y pretendido- por Xavi Hernández en la previa del choque, no acaba de encontrarse y en Son Moix esperen que brinde su mejor fútbol para que cambie el rumbo de los baleares. El Barcelona, que tanteó la posible incorporación del artanenc en verano, finalmente vio cómo el Mallorca se hacía con su nuevo ’10’, regresado a la isla para asumir el rol de líder de la sala de máquinas.
Omar Mascarell es la gran novedad de la convocatoria de Aguirre, que pierde a Toni Lato por lesión, quien se suma a la baja de Raíllo. El Mallorca presentará novedades en su alineación, así lo admitió el propio Aguirre en la previa. Aunque un posible cambio de sistema, que podría entrar dentro de los planes del técnico a corto plazo, parece improbable ante todo un FC Barcelona.