El Sadar vivió un choque más que intenso entre Osasuna y Atlético que se pudo individualizar en el duelo que protagonizaron Álvaro Morata y Chimmy Ávila. Ambos terminaron expulsados, el primero por doble amarilla y el segundo por una roja directa más que merecida. El atacante rojillo pisó intencionadamente al madrileño tras una trifulca y dejó a los suyos con diez pocos minutos antes del final. Por su parte, el madrileño no supo mantener la calma tras varias disputadas con Chimmy Ávila y también vio el final el encuentro desde el vestuario.
Ambos encarrilaron el túnel de vestuarios antes de tiempo y más que calientes, lo que provocó un enfrentamiento junto a miembros de los dos conjuntos. Y es que el choque llegó al tramo final más que caliente.
Jugadas polémicas
Para empezar, el banquillo de Osasuna no entendió que el colegiado pudiera anular el gol de David García por un manotazo de Aimar Oroz sobre Witsel. El tanto, que suponía el empate, no subió al marcador después de que el medio navarro fuese desequilibrado por Giménez y golpeara en el belga. Alfonso Pérez Burrul, árbitro de MARCADOR, señaló durante el partido: «Hay un manotazo en la cara del jugador que le derriba, es suficientemente fuerte para que el árbitro intervenga».
La acción provocó la indignación en el bando local, las protestas desde el banquillo y la expulsión de un Arrasate que no entendió la decisión de Martínez Munuera. De hecho, se fue por el túnel de vestuario denunciando la diferencia de criterio entre ambos equipos con las jugadas polémicas. Así, no hay duda de que el choque estuvo caliente.