Alejandro ‘Papu’ Gómez rompió su silencio tras la confirmación de un positivo por dopaje que le causó una suspensión de dos años.
El campeón mundial usó sus redes sociales para dar su versión de este resultado adverso, que empaña su título en Catar 2022.
«En primer lugar, confirmo que en el día de ayer me fue notificada resolución del Comité Sancionador Antidopaje de la Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte, por la cual se acuerda la suspensión de mi licencia federativa por un periodo de dos años», dice inicialmente.
Según él, se trató de un hecho casi accidental que nunca tuvo la intención de mejorar su rendimiento deportivo: «Desde siempre, no solamente he cumplido estrictamente toda la normativa sino que me he posicionado como un férreo defensor del deporte limpio y la deportividad, condenando y rechazando categóricamente toda forma de dopaje. Nunca he tenido ni tendré la intención de recurrir a una práctica prohibida», dijo.
Según él, una reacción casi inocente a un malestar menor produjo el positivo: «La presunta infracción tiene su origen en la presencia de terbutalina en mi organismo por haber recibido por error y de forma accidental, involuntaria y no intencionada una cuchara del jarabe de mi hijo pequeño, para el alivio de la tos. Conviene no obstante precisar que el uso terapéutico de la terbutalina está permitido para los deportistas profesionales y que en ningún caso mejora el rendimiento deportivo en el fútbol», dijo.
Gómez dijo que acudió a sus abogados por considerar que el proceso «no se habría realizado conforme a lo dispuesto en la normativa» y se mostró confiado y agradecido por el apoyo que ha recibido.
Recientemente fichado por el Monza, ahora no podrá contar mientras se surten los procesos de apelación a los que tiene derecho.