La falta de acierto en las áreas vuelve a condenar al Real Mallorca, que abandona el Metropolitano con una nueva derrota y sin puntos bajo el brazo. Y todo después de un esfuerzo encomiable en la casa de un Atlético que sigue intratable, pero que con un testarazo de Antoine Griemann tuvo suficiente para acabar y dejar sin premio el partido realizado por los bermellones, bien trabajado y de mucho desgaste.
Bien plantados sobre el verde, serios en defensa, combinando con criterio -algo que costaba a principio de temporada costaba más de la cuenta- y pisando campo rival con cierta facilidad, aunque con poco peligro para la portería de Oblak. No fue suficiente para doblegar al Atlético, que no lo tuvo fácil, pero finalmente consiguió su objetivo de derrotar a un equipo que, con Aguirre en el banquillo, llevaba dos de tres ante el Cholo Simeone.
Amath tuvo el empate en el minuto 82 tras un pase filtrado por Darder, pero la cruzó en exceso. Un mano a mano clarísimo ante Oblak que se marchó más desviado de lo que debería, demostrando el senegalés que a este Mallorca le cuesta hacer goles, más sin Muriqi. Poco premio para mucho trabajo… y a pensar en el Cádiz.
No ocupan puestos de descenso
Pese a una nueva derrota, los de Javier Aguirre continuarán una jornada más fuera de las posiciones de descenso después que sus competidores directos, una jornada más, hayan sido incapaces de apretar la zona roja. Con 9 puntos y un partido pendiente -el que se disputará ante el Cádiz el próximo miércoles- el equipo bermellón mantiene un margen de un punto respecto al descenso.