La historia del Real Madrid moderno, el de las cuatro Copas de Europa seguidas y el que repitió en París después de solo tres años sin tocar la orejona, no se entiende sin la pareja Kroos-Modric en la sala de máquinas, en el corazón del juego blanco.
Esta temporada estaba siendo la del relevo, el camino en el que el peso de los ha ido menguando ante la exuberancia de lo que es un futuro del Madrid que se come el presente. Eso es lo que son Fede Valverde, Camavinga y Tchouaméni.
La derrota en la visita al campo del Atlético de Madrid, con el croata y el alemán en el once inicial, supuso que el cambio de guardia se hiciera oficial y que Ancelotti se replanteara qué hacer en su medio campo. Porque el italiano siempre tuvo claro que con Kroos y Modric había que mirar a su fútbol y nunca al DNI.
Pero las temporadas son largas, se cargan de matices, de recovecos y de situaciones que dan un giro radical cuando el plan parece ya lanzado y asentado. Eso le ha pasado a este Real Madrid que hoy visita Cádiz con el objetivo de sumar su sexta victoria en seis salidas de Liga y aprovechar el nuevo error del Barcelona, el del empate ayer en Vallecas.
Las lesiones han golpeado con dureza al equipo de Ancelotti y han sacado de la rueda del once a dos piezas clave en su centro del campo. Tchouaméni se lesionó en el Clásico y aún tiene camino por delante antes de volver. Y el parón de selecciones de noviembre se convirtió en una triturada de lesiones importantes en la que cayó Camavinga. Los dos franceses miran para su vuelta al mes de enero.
Viaje en el tiempo
Ese cambio de escenario vuelve a colocar en el primer plano a la pareja Kroos-Modric. Con Fede Valverde como tercer elemento del triángulo central, el juego del Madrid volverá a estar en manos de los dos jugadores más clarividentes que ha tenido en décadas.
La plaga de ausencias hace que Ancelotti vaya a tener en Cádiz un banquillo en el que las caras del Castilla van a superar a las del primer equipo. Además de los dos porteros -Piñeiro y Fran, ante las bajas de Courtois y Kepa-, Mario Martín, Nico Paz y Gonzalo estarán en un fondo de armario en el que entra Dani Ceballos después de semanas y de bajas en una temporada en la que solo ha jugado cuatro partidos y 73 minutos.
En medio de ese mar de problemas, que también se alimentó con la lesión de Vinicius, el Madrid tendrá en Cádiz a Bellingham y Rodrygo. Es posible que en otras circunstancias los dos -uno con problemas en un hombro y el otro en una rodilla- se hubieran reservado. Pero hoy no hay espacio para precauciones.