Cuando Marcelino aceptó tomar las riendas del Villarreal ya sabía que se hacía cargo de un equipo con problemas. Tercer entrenador en cuatro meses, problemas defensivos e incapacidad manifiesta para hacerse fuerte allí donde se cimientan las buenas temporada: en su estadio. Pero desde su llegada, por si no tenia pocos, los problemas se han ido acumulando. Osasuna, por su parte, con el objetivo de volver a ganar lejos de El Sadar, algo que no logra desde el 1 de octubre ante el Alavés.
A las muchas e importantes bajas que tenía por lesión, se han unido los problemas físicos que varios de los pesos pesados arrastran del partido copero del pasado miércoles. Es el caso de Gerard, Morales y Parejo, obligados a realizar un esfuerzo para estar ante Osasuna dada la situación de la plantilla y la clasificatoria del equipo. Los amarillos llegan al debut como local de Marcelino con una sola victoria en casa tras siete jornadas. Y lo que es más preocupante: cinco derrotas.
El conjunto navarro vuelve a la competición tras dos semanas de parón en las que los jugadores han contando con tiempo suficiente para dar la vuelta a los errores del último choque liguero ante Las Palmas. Las sensaciones fueron buenas, pero el gol de los insulares complicó una victoria que finalmente quedó en empate gracias al tanto de un Ante Budimir en estado de gracia, uno de los motivos para creer en los tres puntos en La Cerámica.
Osasuna comenzó fuerte lejos de su casa. Tumbaron a Celta, Valencia y Alavés, con una derrota entre medias en Getafe. Los números fueron buenos con ocho goles a favor y sólo cuatro en contra.
Pese a llegar con molestias, el delantero del Villarreal es imprescindible, algo que evidencian sus ocho goles en LaLiga. Osasuna, por su parte, se encomienda a un Budimir que suma siete tantos en el campeonato doméstico.
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