La guerra abierta en el Sevilla, toda vez que estaba claro que no se podía cesar al consejo de administración, se recrudeció en acusaciones cruzadas de ilegalidades en los juzgados de ambas partes, con el presidente del Sevilla, Pepe Castro, advirtiendo a la parte de Del Nido Benavente de posibles expulsiones de la sala si no cesaban en sus ataques sin el uso de la palabra. El letrado le espetó, por ejemplo, que había contratado para el Sevilla a un «abogado bético», para responder Castro que los suyos eran «los mismos que defendían a Lopera (exmandatario bético). Fue sólo un ejemplo.
Se enzarzaron en numerosos momentos. Entre ellos en el asunto del estadio y el proyecto presentado por el actual consejo de administración. «El proyecto que nos han presentado no puede ser más feo. Es horroroso. El respeto que tiene este Consejo a los máximos accionistas es que se dedica a contratar empresas, para lo que no tiene facultades, la demolición y la construcción de un nuevo estadio Ramón Sánchez-Pizjuán», señalaba Del Nido Benavente. «La cubierta es feísima, el aforo es insuficiente. Muchos de los que están aquí presentes, recordarán el Sánchez-Pizjuán cuando tenía cinco gradas, pues bien, yo he visto un partido donde había 70.000 personas en la grada. ¿Por qué no lo vamos a llenar ahora?», añadía.
Incluso desató las risas de los asistentes cuando hizo la comparación de la noche: «Las instrucciones es que no le echen ni un euro más, que no sirve para nada ese feísimo estadio, que parece un fregadero. Queremos una cubierta aerodinámica como la del Atlético de Madrid o la del FC Barcelona». Fueron muchos los momentos de tensión entre las exposiciones de Del Nido y las respuesta del presidente, quien culpaba al ex de buscar siempre la desestabilización del club con el único objetivo de regresar al poder.