Dicen, los que lo han conseguido, que para subirse a una patera hay que estar muy desesperado. La que tenía la familia Bassinga cuando embarcó a su hijo Aboubacar en busca de un futuro mejor. El plan era que el pequeño Abou, de 13 años, llegase a Francia para encontrarse con su tío. Un camino que quedó incompleto al topar con las autoridades.
En Gran Canaria, en un centro tutelado, comenzó una nueva vida. Una vida que nunca espera vivir un niño. Lo único que le quedaba era su pasión por jugar al fútbol. Como en las calles de su Abiyán natal, Abou comenzó a jugar en las canchas cercanas al Estadio de Gran Canaria, donde cada domingo juega la UD Las Palmas. Fue allí donde despertó el interés de los presentes que le veían jugar. Fue un taxista el que le dio la pista a Manuel Rodríguez ‘Tonono’, director de captación y formación del club amarillo. Él se presentó en el parque Juan Pablo II de 7 Palmas para ver jugar a Abu.
Su calidad con el balón le hizo llegar a Las Palmas D, equipo que tiene la UD en su proyecto social y que se compone de jóvenes que se encuentran en riesgo de exclusión social. Con pequeños pasos, Aboubacar pudo llegar al equipo Juvenil e incluso, cuando cumplió la mayoría de edad, debutar en la categoría División de Honor.
Solo tres meses federado
Al no tener los papeles, Abou no ha podido federarse hasta esta temporada. Lo conoce a la perfección Santi Lampón, entrenador del Juvenil DH de la UD Las Palmas: «Es un orgullo y alegría enorme verlo con el primer equipo. Ha pasado una odisea». Con Lampón lleva tres temporadas, primero en el Juvenil B y ahora en el División de Honor: «Aunque sabía que no podía jugar, no se perdió un solo entrenamiento», admite a MARCA. A pesar de ello, Aboubacar nunca perdió la ilusión: «Nunca había jugado antes federado, sino en la calle. Lleva tres cuatro o cinco meses como federado y ya entrena con el primer equipo. Eso habla de la calidad que tiene», sentencia su entrenador.
Aunque sabía que no podía jugar, no se perdió un solo entrenamiento
Un día que nunca olvidará
El 4 de diciembre de 2023 es un día que Abou nunca olvidará. El día que, tras salir de su piso que comparte con los compañeros del juvenil, le tocó entrenar con el equipo de Primera División. Los informes que le llegan a García Pimienta son muy favorables, y el técnico catalán le ha dado la oportunidad de demostrar su calidad junto a Jonathan Viera, Kirian, Munir o Moleiro.
Si la policía no me dejó ir con mi tío a Francia, será porque el destino y mi suerte está aquí
Seguramente, cuando Abou vuelva a casa se parará a pensar. Seguramente, quién sabe, le vendrán imágenes del día que su destino cambió: «Si la policía no me dejó ir con mi tío a Francia, será porque el destino y mi suerte está aquí», admite en un reportaje emitido por el propio club. Hoy, Abou Bassinga escribe una página más en el libro de su vida.