
Hasta este pasado domingo, el Celta había conseguido apenas tres victorias, en Liga, en la presente temporada y todas habían sido saldadas por la mínima diferencia. Así sucedió en Almería (2-3) y en Balaídos, ante Granada (1-0) y Betis (2-1).
En Pamplona llegó el 0-3 que supone el mejor resultado del campeonato liguero. Por primera vez en la temporada, los aficionados célticos no sufrieron en la recta final del partido, como sucedió en las tres victorias anteriores.
Todo ello con Iago Aspas en el banquillo, sin disputar un minuto. La criticada ausencia del capitán, que sigue siendo diferencial a pesar de la edad y de marcar menos goles, se frenó con el triunfo. Fue el primer partido, esta temporada en Liga, en el que el capitán no participó por decisión técnica.
Ya había sido suplente en dos ocasiones anteriores, ante las Palmas y Rayo Vallecano. En ambas jugando como visitante pero entrando en los últimos 20 minutos de partido. El otro encuentro de Liga en el que no estuvo fue por sanción, ante el Villarreal.
El Celta, en Pamplona, tuvo la eficacia de la que careció en tantos momentos de la temporada. Defendió y fue certero en el contragolpe. Ahora resta por comprobar si este plan será válido para un partido, que seguro será bien distinto, el próximo domingo en Getafe. Nuevamente, los puntos serán trascendentes.