Son Heung-min es la celebridad más importante de Corea del Sur, contando todos los niveles. Es el capitán de la selección nacional, un ejemplo de compromiso con el país, un hombre familiar y discreto y de paso exitoso y millonario… el coreano que todos quieren ser.
Por eso resultó tan sorpresiva la revelación que se hizo en las últimas horas en el país sobre las verdaderas razones del fracaso del país en conseguir el título de la reciente Asiática, cuando era el máximo favorito: ¡se fueron a los golpes, Son incluido, en plena concentración!
Corea dl Sur, de Jürgen Klinsmann, fue eliminado por Jordania, que se impuso por 2-0 en la semifinal del torneo continental, en Doha (Catar). Ese día Son apareció en la cancha con dos dedos entablillados y así disputó todo el encuentro, en el que el grupo estuvo lejos del nivel que se le conocía.
La propia Federación de Fútbol coreana explicó que la pelea se desencadenó cuando varios jugadores jóvenes, entre Lee Kang-in de PSG, se marcharon a jugar a tenis de mesa en plena cena del equipo, por lo cual «Son Heung-min y otros futbolistas más experimentados se quejaron”, declaró un portavoz citado por la agencia de prensa coreana Yonhap.
Dice la fuente que cuando Son les ordenó sentarse a la mesa, pues cenar juntos en la víspera de un partido era importante era importante, “les contestaron de manera irrespetuosa”.
Y entonces se armó el lío: “En poco segundos, estalló una pelea en el comedor y los jugadores tuvieron que ser separados. Son resultó herido en el dedo al tratar de poner calma”, añadió el medio, asegurando que Son sufrió la lesión al tratar de impedir una agresión de Lee, de 22 años.
Algo de culpa había, en efecto, pues el joven Lee publicó un mensaje de disculpas a su nación en sus redes sociales: “Lo siento mucho. Provoqué una gran decepción a los aficionados que siempre han apoyado a la selección. Desde hoy, me comprometo a ayudar a los veteranos y tratar de ser mejor jugador y mejor persona”, escribió en su cuenta de Instagram.
¿Quién ganó al final? Nadie. Hasta Son perdió un poco de autoridad en el camino y ahora la Federación discute el futuro de Klinsmann, a quien habían llevado para un proyecto de largo plazo que ahora no tiene suficiente crédito.