El Athletic prepara una noche especial en el duelo de vuelta de la semifinal de Copa ante el Atlético. Los leones buscarán su sexta final de Copa en lo que va de siglo, que es un registro que deja a las claras la importancia que tiene el torneo para los leones. En los últimos quince años sólo el Barcelona (10) ha jugado más veces por el título. El añadido de hacerlo para bien en San Mamés es algo que no ocurre desde 2012. Después hubo oportunidad de hacerlo el curso pasado ante Osasuna, pero los rojillos se metieron en la final con un empate que hizo buena su victoria de la ida.
Bielsa, ahora seleccionador de Uruguay, es el último técnico que disfrutó en casa del billete a la final. El argentino dirigió al equipo que en 2012 y en el viejo San Mamés clasificó para las finales de Europa League -ganando al Sporting Portugal- y Copa, también con victoria ante el Mirandés. Fue un año espectacular, si bien en el recuerdo de los aficionados está más presente el trayecto a la final de 2009, con Caparrós como director de orquesta, con el Athletic remontando al Sevilla el resultado de la ida.
El nuevo San Mamés, inaugurado en 2013, todavía no tiene el pase a una final en su colección de grandes partidos.Valverde (2015), Garitano (2020) y Marcelino (2021) son los entrenadores que han dirigido al Athletic en sus viajes a las últimas tres finales de Copa. Y en todas el partido de vuelta se disputó a domicilio. Valverde dirigió a un Athletic ganador en Cornellá, Garitano lo hizo frente al Granada, aunque la pandemia retrasó el partido definitivo por el campeonato y cuando se jugó ya no estaba en el banquillo, y Marcelino lo hizo frente al Levante.
La de este jueves será la tercera semifinal de un Athletic entrenado por Valverde con partido de vuelta en San Mamés: una en el viejo y otra en el nuevo. Ninguna salió bien. En 2005, en su primera etapa en el club, el Betis apeó al Athletic de una final soñada porque no se había conseguido desde la década de los 80. Los verdiblancos ganaron en los penaltis. La pasada temporada, ya en el nuevo estadio, repitió sensación de fastidio con el empate de Osasuna en la prórroga.