La realidad no se esconde: existe el riesgo de perderlo todo.
«Siempre empiezo la charla con ejemplos de deportistas que han reconocido una mala gestión de sus inversiones y que en muchos casos han llegado a la bancarrota», dice Antonio Matilla, responsable de deportistas profesionales y colectivos de valor de Banca Privada en CaixaBank. Él se pasea por muchos vestuarios de Primera y Segunda división, el último el de la UD Las Palmas hace apenas unas semanas, para explicar a los futbolistas qué hacer con su dinero y concienciarlos para que piensen en el porvenir. Importa el hoy, pero, sobre todo, el mañana.
Desde el principio se advierte sobre lo que puede ocurrir.
Siempre empiezo la charla con ejemplos de deportistas que han reconocido una mala gestión de sus inversiones y que en muchos casos han llegado a la bancarrota
Matilla desenmascara en diez segundos al fantasma que acecha en el futuro a aquellos que viven en un acaudalado presente.
Lo vuelve a repetir, por si alguno no ha escuchado.
«Se han quedado en bancarrota», enfatiza.
La frase tiene que caer como una bomba en un entorno de infinita paz económica. La pregunta entonces debe surgir al instante en las cabezas de los futbolistas: ¿Cómo es posible? ¿Me puedo arruinar?
«Les podría mentir, pero es que eso pasa y les ocurre a deportistas como ellos», continúa el asesor financiero.
Así que puede suceder.
«He tenido casos que han perdido muchísimo dinero, ya sea en negocios o en inversiones fallidas, y a veces, cuando vienen a ti, ya es tarde y no se puede hacer nada. Efectivamente, son auténticos dramas», explica Paul Gomero, banquero privado de Andbank con una dilatada experiencia en la gestión de patrimonio de futbolistas.
A veces, cuando vienen a ti, ya es tarde y no se puede hacer nada. Efectivamente, son auténticos dramas
Pero eso no tiene por qué ocurrir…
Con una correcta gestión del patrimonio, no hay nada que temer.
Unos 700.000 euros anuales
Los futbolistas tienen sueldos muy elevados. El Salario Mínimo Interprofesional para 2024, según aprobó el Consejo de Ministros el 6 de febrero, asciende para cualquier trabajador a 15.876 euros al año; el de los futbolistas, de acuerdo con el Convenio Colectivo, es de 186.000 euros para los de Primera y la mitad, 93.000, para los de Segunda.
Pero cobran mucho más que eso.
El salario medio de un jugador en Primera está entre 1,2 y 1,3 millones de euros, según fuentes del sector. Se trataría de una estimación en la que entrarían las estrellas que más cobran… y el resto de futbolistas. Por tanto, un sueldo más o menos normal en la máxima categoría suele oscilar, de acuerdo con los expertos, entre los 600.000 y los 700.000 euros. Ese sería el más repetido.
Y a eso habría que sumarle otros ingresos procedentes de acuerdos comerciales con las marcas, publicidad… Ganan mucho, muchísimo. Con los datos en la mano, parece que todo está resuelto. Su futuro, totalmente asegurado. Pero la carrera es corta y la jubilación, muy, muy larga.
Nuestra vida deportiva es muy atípica. Se termina cuando todavía somos muy jóvenes
«Nuestra vida deportiva es muy atípica. Se termina cuando todavía somos muy jóvenes», dice Javier Arizmendi, exjugador y ahora asesor financiero en Tressis, una empresa de gestión de patrimonios que tiene un convenio con AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) desde 2020.
Ingresos cero
La retirada llega pronto y aún queda mucho por vivir. «El problema de los futbolistas está en la curva de ingresos de su carrera profesional, que se concentra en un periodo muy corto. Cuando cuelgan las botas, aún les queda mucho tiempo por delante», explica Matilla y prosigue: «Suele haber un momento de asombro cuando en la charla comparto con ellos datos del Instituto Nacional de Estadística que dicen que la esperanza de vida en España ronda los 88, 93… años en cinco de cada diez casos. Ellos saben que se van a retirar, por ejemplo, a los 35, 38… Así que hasta los 90 les queda muchísima vida por delante. En ese momento de la charla empiezan a sentir el vértigo de lo larga que es la vida después de la retirada y la incertidumbre que supone por la drástica bajada de sus ingresos».
El problema de los futbolistas está en la curva de ingresos de su carrera profesional, que se concentra en un periodo muy corto
Empiezan a sentir el vértigo de lo larga que es la vida después de la retirada y la incertidumbre que supone por la drástica bajada de sus ingresos
¿Cómo asegurar el bienestar durante todo ese tiempo? ¿Cómo garantizar unos emolumentos constantes y periódicos? La primera decisión del futbolista es saber cuánto puede gastar en base a lo que genera en el momento en el que está en activo y, a partir de ahí, construir un plan de ahorro e inversión que le permita preservar su patrimonio de cara a su adiós profesional. La premisa es partir de ingresos cero tras colgar las botas.
«Cuando les ayudamos a planificar financieramente, la hipótesis con la que trabajamos es que cuando termina su vida deportiva van a ganar cero. Es verdad que luego pueden ser entrenadores, tendrán ingresos de algún negocio, de alquileres… Pero yo prefiero decirles que piensen que a los 38 años van a ganar cero. La clave es trabajar con ellos para conseguir asegurar que tienen que ser capaces de vivir hasta los 90 años con el patrimonio generado durante su carrera profesional», explica el experto de CaixaBank.
La hipótesis con la que trabajamos es que cuando termina su vida deportiva van a ganar cero. Es verdad que luego pueden ser entrenadores, tendrán ingresos de algún negocio, de alquileres…
«Hay ser conscientes de que son muchos años y si queremos mantener un nivel de vida confortable al retirarnos, se debe tener una estructura, un control del gasto, una disciplina en el ahorro…», comenta Arizmendi y continúa: «Todo pasa por hacer un plan pensando en esa prolongada jubilación».
Si queremos mantener un nivel de vida confortable al retirarnos, se debe tener una estructura, un control del gasto, una disciplina en el ahorro…
Concienciar desde juveniles
Antonio Matilla no sólo enfoca sus reuniones a los equipos profesionales. «Las hacemos con las primeras plantillas, pero también con los filiales, incluso a veces con los juveniles de algunos cojuntos top. ¿Por qué? Empezar desde la base es muy importante. Intentar ayudar a planificar a un jugador o jugadora cuando le quedan cinco años de carrera, si ya ha malgastado gran parte de su patrimonio, es más complicado. Hay que hacerlo cuanto antes», dice.
Un cóctel explosivo
Paero a los futbolistas les importa el presente. Y, además, están condicionados por una mezcla peligrosa: la edad, son jóvenes, y los elevados ingresos, tienen mucho dinero. «Estamos hablando de chavales de 23, 25 años… Tú dile a un chico o a una chica de esa edad de la calle que piense en su jubilación. ¿Qué te va a decir? No te va a hacer mucho caso. A un futbolista de esa edad lo que le preocupa es jugar el partido de mañana. ‘¿Cómo voy a pensar ahora en lo que voy a hacer cuando tenga 50 años?’, te contestarán», afirma Ignacio Chinarro, director financiero de AFE.
Estamos hablando de chavales de 23, 25 años… Tú dile a un chico o a una chica de esa edad de la calle que piense en su jubilación
A los jugadores todo les llega demasiado rápido. «Están obligados a tomar decisiones personales desde muy jóvenes: se casan muy jóvenes, tienen hijos cuando son muy jóvenes, se divorcian muy jóvenes… Toman decisiones profesionales muy jóvenes: cambian de club, se van a otro país… Tienen que tomar decisiones económicas siendo muy jóvenes… ¿Quién con 22 años está preparado para afrontar todo eso? Es muy complicado», desgrana Matilla.
Arizmendi, además, aporta la visión del futbolista. Él lo vivió en primera persona durante su etapa de profesional. «Es un cóctel bastante explosivo. Es inevitable estar algo de tiempo en tu carrera en una burbuja, porque ganas dinero muy joven, muchas veces tienes que abandonar tu casa, tu ámbito familiar, eres reconocido… Se dan muchas circunstancias con las que cualquiera, no solo un futbolista, sufriría esos efectos. Luego vas madurando», indica.
Es un cóctel bastante explosivo. Es inevitable estar algo de tiempo en tu carrera en una burbuja, porque ganas dinero muy joven
Matilla recuerda una situación que vivió con un jugador: «No te voy a decir que acabó en la ruina, porque no fue así. Pero sí que existió el riesgo. Nos sentábamos con él y con su madre, siendo muy joven. Lo normal era que a los 15 minutos atendiera más al móvil que a lo que le estábamos contando. La madre fue la que más o menos se encargó de todo al principio. Este chico tuvo una lesión muy importante cuando se encontraba en el momento cumbre de su carrera. El miedo a un fin precipitado fue lo que le obligó a cambiar el ‘chip’. Ahí es cuando empezó de verdad a escucharnos y comenzó a ocuparse de la gestión de su patrimonio».
Nos sentábamos con él y con su madre, siendo muy joven. Lo normal era que a los 15 minutos atendiera más al móvil que a lo que le estábamos contando
Confiar en los profesionales
Por eso, lo más importante es dejarse asesorar, ponerse en manos de un experto. «Desde AFE lo que intentamos es que el futbolista sea consciente de que necesita asesoramiento financiero y fiscal. Si se me estropea el coche y no sé de mecánica lo que tengo que saber es que hay que llevarlo a un taller. Pues con esto sucede lo mismo», advierte Chinarro y prosigue: «No es fácil gestionar ese dinero para una persona que no tenga los conocimientos necesarios».
Para poder vivir de las rentas hay que establecer un plan desde el principio. «Nosotros no queremos tener que ayudarles cuando tengan 60 años y su situación económica no sea la adecuada, sino que intentamos concienciarles desde que están jugando», continúa el director financiero de la AFE.
No es fácil gestionar ese dinero para una persona que no tenga los conocimientos necesarios
El rol que juegan los padres
Muchas veces son los padres los que asesoran en términos económicos a los jugadores. Algo que no es recomendable, según los expertos, si los progenitores no tienen los conocimientos adecuados. «El jugador debe saber elegir a la persona que le ayude en esa gestión patrimonial. Tu padre te quiere mucho, pero una cosa es que te quiera mucho y otra que te asesore financieramente si, por ejemplo, trabaja en otro sector», dice Ignacio Chinarro.
Parecida es la opinión de Matilla. «Unos padres sin nociones económicas, con unos ingresos normales, ¿cómo empiezan a gestionar un patrimonio de millones de euros? Es súper complicado», explica y continúa: «Hay dos perfiles. Lo normal es que sean unos padres anclados al suelo, con una gran preocupación, porque ven todos los ingresos que se van generando en la cuenta y también observan cómo se van gastando. Y hay otro tipo que suele intentar dar un paso adelante y es el que muchas veces, aunque lo hacen con el mayor cariño, puede no aconsejar bien al hijo. Los padres tienen que saber que ellos deben dar un paso a un lado en determinado momento».
La regla del 50-40-10
Antonio Matilla explica una de las claves para alcanzar el éxito en la gestión económica de este tipo de fortunas y no tener que lamentar después. «Es la diversificación, es decir, no poner todos los huevos en la misma cesta», comenta y pone un ejemplo para comprender: «Recuerdo el caso de un futbolista que había comprado diez pisos… y todos en Madrid. Más allá del riesgo que suponía esa concentración de sus inversiones sólo en inmuebles… ¿Ninguno en Barcelona o en la costa o en otra ciudad? Y si en Madrid cambia la normativa fiscal o la ley de vivienda y esas propiedades empiezan a generar unos gastos complicados de afrontar o a poner en riesgo las rentas esperadas por los alquileres, ¿qué hacemos? Invertir en activos diferentes y en distintos mercados para minimizar los riesgos es clave: eso es diversificar».
Entre un 40-70% del patrimonio tiene que estar en lo que es la parte financiera; entre un 30-60%, en el inmobiliario. Y como máximo un 15% en la parte de alternativos
«El futbolista suele tener su patrimonio dividido en tres patas: la inmobiliaria, que en España gusta mucho, la financiera y la que llamamos ‘alternativo’, que serían negocios. Nuestra misión es preservar ese patrimonio», apunta el experto de CaixaBank, que incide en las charlas que ofrece a los futbolistas en una serie de porcentajes para no tener problemas: «Les abro una horquilla. Entre un 40-70% tiene que estar en lo que es la parte financiera; entre un 30-60%, en el inmobiliario. Y como máximo un 15% en la parte de alternativos. Nuestra experiencia nos dice que cuando se cumplen esos porcentajes tenemos clientes con una salud económica importante». Le pedimos que concrete un poco más. «Un 50% en financiero, un 40% en inmobiliario y un 10% en alternativo», sentencia.
CaixaBank, el banco de los clubes
Hace 12 años, CaixaBank amplió su apuesta por el fútbol para convertirse en el banco de referencia de los equipos y sus aficiones. El objetivo de esta estrategia se centra en incrementar la notoriedad de marca, captar y fidelizar a los aficionados de cada equipo, así como en aprovechar nuevas oportunidades comerciales fruto de acciones acordadas con los clubes de fútbol patrocinados para acercarlos a sus aficionados. Esta estrategia le ha consolidado como patrocinador oficial de 15 equipos de Primera y 13 de Segunda. Además, la entidad financiera es patrocinador de 10 de los 16 equipos de la Primera división femenina.
Paul Gomero, de Andbank, tiene una ‘receta’ similar. «Yo tiendo a ser conservador. Diría que entre inversiones bancarias tranquilas e inmobiliario, también más como inversión que como disfrute, creo que debería estar la inmensa mayoría del patrimonio. Por ponerte una cifra, un 75-80%. Y luego lo que son ya otros activos, empresas, negocios… yo los reduciría», dice y continúa: «La seguridad también prima mucho. Lógicamente es más atractivo el discurso de que vas a ganar un 15% en bolsa o un 30% en una inversión magnífica, pero con el otro más conservador, desde luego, no te llevas sustos».
La seguridad prima mucho. Es más atractivo el discurso de que vas a ganar un 15% en bolsa o un 30% en una inversión magnífica, pero con el otro plan más conservador, desde luego, no te llevas sustos
La magia del interés compuesto
Si se invierte, y se hace bien, el problema está resuelto. Es necesario mover el capital. «Quizá una megaestrella puede permitirse el lujo de no invertir, pero para un futbolista medio, como pude ser yo, el principal riesgo es no poner tu dinero a trabajar. Si no inviertes, va perdiendo valor por el efecto de la inflación. Vas a tener liquidez, el mismo dinero que tenías hace diez años, pero te vas a poder comprar cada vez menos cosas», dice Arizmendi, de Tressis.
Una megaestrella puede permitirse el lujo de no invertir, pero para un futbolista medio, como pude ser yo, el principal riesgo es no poner tu dinero a trabajar
«Si yo meto 100.000 euros hoy y lo invierto en un producto que me dé más o menos un promedio de un 4% al año, cuando pasan 20 años no tendré 100.000, tendré en torno a 220.000″, dice Matilla, que pone un ejemplo: «Si lanzas desde una montaña una bolita de nieve muy pequeña, cuando llega al final el bolón es gigante. Esa es la magia del interés compuesto. Lo dejo ahí, me olvido y cuando pasa el tiempo…».
En el caso de un futbolista de perfil alto, las rentas pueden ser muy suculentas. «Esto es tan sencillo como que un jugador con que tenga 20 ó 25 millones y le remuneren un 2%, ya son 500.000 euros al año. Seguramente le dé para vivir de por vida. Sin embargo, si se pone a jugar con ese dinero o se arriesga o monta grandes empresas u otras historias más arriesgadas, puede ir muy bien o puedes perder de golpe gran parte», comenta Gomero.
Esto es tan sencillo como que un jugador con que tenga 20 ó 25 millones y le remuneren un 2%, ya son 500.000 euros al año. Seguramente le dé para vivir de por vida
Con lo que ganan no deberían tener problemas de solvencia en un futuro. Además, para vivir una ‘jubilación’ sin sobresaltos no es necesario ser un crack mundial. «Un chico, aunque juegue casi todo el tiempo de su carrera en Segunda, donde los ingresos son menores, podría tener su vida asegurada si fuera consciente de la necesidad de realizar cuanto antes una correcta planificación pensando en cómo quiere vivir su futuro», tercia Antonio Matilla. «Se trata de dejar que tu dinero trabaje por ti», tercia Arizmendi.
Se trata de dejar que tu dinero trabaje por ti
El precio exacto y las estafas
Los futbolistas tienen mucha capacidad económica y, a veces, pocos conocimientos financieros, lo que les convierte en un blanco fácil. «Existe un problema y es que parece que todas las ideas de inversión van a ser buenas. Así que hay que tener ciertos criterios para saber diferenciar si algo que me ofrecen puede ser una buena oportunidad o puede no serlo. O puede ser solo una buena oportunidad para el que te lo ofrece y no para ti», indica Arizmendi, que para eso está: para prevenir.
Además, también tienen que hacer frente a otro tipo de pillerías. «Muchas veces cuando invierten en inmuebles, ocurre que el que lo va a vender sube el precio en cuanto sabe que es un futbolista», comenta Matilla, que les ayuda a entender las claves que deben tener en cuenta en sus inversiones financieras, inmobiliarias y en ‘alternativos’.
El asesoramiento fiscal de AFE
Además de un experto financiero, lo ideal es que los futbolistas tengan un asesor fiscal. «Desde AFE todos los años les enviamos una nota con 15 ó 20 puntos de temas fiscales que les pueden interesar a los futbolistas», explica Ignacio Chinarro y pone un ejemplo: «La movilidad geográfica. No saben que cuando trabajas en Madrid y te ofrecen un puesto nuevo en Valencia, lo que tienes que hacer es, cuando dejes tu trabajo en Madrid, apuntarte a la oficina de desempleo. Y, al día siguiente, en Valencia te hacen un contrato nuevo y entonces hay una cosa que se llama movilidad geográfica por cambio de residencia habitual por motivos laborales, por la que tienes una deducción fiscal de 2.000 euros durante los dos ejercicios fiscales siguientes. En dos años te ahorras 4.000 euros de impuestos. ¿Qué futbolista no cambia de residencia, sobre todo en categorías inferiores, casi cada año? Si no lo conocen, no se apuntan al paro y pierden esa deducción».
A veces, el exceso de confianza y la falta de asesoramiento de un experto genera graves problemas. «Me he encontrado con algunos que han invertido a través de un contacto o de una supuesta web una suma importante de dinero y cuando ya no les responden con tanta rapidez, se asustan y vienen a preguntar. Cuando ves los papeles y te das cuenta de que es una estafa se lo tienes que transmitir. ‘Este dinero que te prometían a un 40, 50, 60% anuales me temo que no lo vas a volver a ver’, les tienes que decir», explica Gomero.
Cuando ves los papeles y te das cuenta de que es una estafa se lo tienes que transmitir. ‘Este dinero que te prometían a un 40, 50, 60% anuales me temo que no lo vas a volver a ver’, les tienes que decir
El plan de pensiones de los futbolistas
A través de la Mutualidad de Deportistas Profesionales, de la que AFE es uno de los patronos, los futbolistas pueden hacerse un plan de pensiones. Lo explica Ignacio Chinarro: «Tiene una singularidad. Se pueden aportar hasta 24.250 euros anuales a ese plan, mientras que una persona que no sea deportista profesional solamente puede aportar 1.500 al suyo. Este producto no lo puedes ir a contratar en ningún sitio, sólo a través de la Mutualidad de Deportistas Profesionales. Además, ellos no tienen que esperar hasta los 65 años, lo pueden cobrar un año después de retirarse». Por otro lado, AFE también tiene el ‘Fondo Fin de Carrera’, un producto financiero con cobertura de seguro sin costo para los afiliados que puede solicitar el futbolista y percibir en el momento de la retirada.
Dolor ahora o dolor después
El bienestar futuro se cimenta, por tanto, en el presente, en cultivar en los años de bonanza económica, en ser prudente, en dejarse asesorar y en sembrar en la etapa de plenitud del futbolista para recoger después en la época de madurez. Hay que pensar en el porvenir… y cuanto antes, mejor.
«Se trata de elegir entre dos tipos de dolor. Uno, el que provoca la disciplina del ahorro y la inversión en lugar de cambiar de coche cada medio año o comprarse un reloj cada mes. Y otro, más doloroso, que es el del arrepentimiento de no haber hecho las cosas con cierto sentido cuando llegan todos esos años en los que el deporte te abandona», apunta Arizmendi.
Cuando ven cerca la retirada, sí van mirando mucho más lo que se gastan… Se dan cuenta de que se juegan su vida entera
A muchos les entra el sofoco en la recta final de su carrera. «Por un lado, cuando ven cerca la retirada, sí van mirando mucho más lo que se gastan y, por otro, van siendo más conscientes de la importancia de su futuro, de su patrimonio. Se dan cuenta de que se juegan su vida entera. Es cuestión de madurez, el pensamiento no es el mismo con 21 que con 34 años, por ejemplo», comenta Paul Gomero.
Se dan cuenta de que se juegan su vida entera…
Y así es. Pero lo único que tienen que hacer es dejar a su dinero trabajar.