El Sevilla comunicaba oficialmente en la jornada de ayer la salida del organigrama deportivo de Emilio de Dios y Fernando Navarro. Ambos llegaron de la mano de Monchi en la segunda etapa del director deportivo y salen unos meses después del adiós de la persona que los había llevado al conjunto de Nervión. Una reestructuración que realiza el club, en parte, por ahorrarse costes de cara a la próxima temporada. Sin embargo, lo que ha sorprendido a ambos profesionales no ha sido el fondo del asunto, ya que esperaban que su despido se concretase al finalizar la presente temporada, tras aguantar el pasado verano el envite de la marcha Monchi, sino las formas. Se les entregó en el lunes un finiquito por la cancelación de sus respectivos contratos. Sin previo aviso. Sin negociación. El Sevilla cortó por lo sano. Y eso ha sentado mal. Sobre todo a un Fernando Navarro de reconocido recorrido en el Sánchez-Pizjuán. Ni mucho menos es un cualquiera.
Y es que el catalán ha sido jugador del Sevilla durante siete temporadas, jugando 282 partidos y levantando tres títulos, el último de ellos como capitán. Se marchó en 2015 para regresar en 2019 dentro del organigrama de la Dirección Deportiva que retomaba Monchi, con un enorme éxito en el terreno de juego, con dos títulos de la Europa League y cuatro clasificaciones para la Champions. Por todo ello, el excapitán se marcha por una parte dolido, aunque agradecido a lo vivido en estos años. «Acabo esta segunda etapa agradecido por la experiencia y la tranquilidad del deber cumplido. Agradecer el apoyo respeto y cariño en las 12 temporadas que he militado en el Sevilla«, ha escrito en una nota en sus redes.
«Ayer me comunicaron que dejaba de formar parte de nuestro club», empezaba la carta Fernando Navarro, confirmando esa maniobra del Sevilla a la hora de poner fin a su relación. Y se quiso detener en dos personas que han estado a su lado todo este tiempo. Primero, en Monchi, una persona con la que sigue manteniendo una relación muy cercana. «Gracias por la confianza que me ofreciste desde el primer día y por todo lo que he aprendido a tu lado«, explicaba. Y también en el otro afectado por la denominada reestructuración. «Quiero detenerme en Emilio de Dios, un hombre de fútbol con mayúsculas», apostilló. Se acaba su etapa en el Sevilla. Su nombre va ligado a los mayores éxitos del Sevilla en su historia.