La vivencia de disputar una final de la Copa del Rey deja muchas historias por el camino y entre ellas está la de Emilia Llabrés, una aficionada que lleva toda la vida siguiendo a su ‘mallorqueta’. Hace una semana, cuando el equipo bermellón recibía un homenaje en el Consolat de la Mar por quedar subcampeón de la Copa, la hincha de 82 años fue a recibir al equipo y recibió el cariño de todos, con el club compartiéndolo a través de las redes sociales incluyendo un claro mensaje: «el principal motivo por el que lo volveremos a intentar».
Su reacción junto a uno de los capitanes del Real Mallorca se hizo viral en las redes sociales. Dani Rodríguez fue el gran protagonista de una historia que ha ido más allá con el club invitando a esta aficionada a Son Moix. Emilia, siempre que se le pregunta que desde cuándo es aficionada barralet, responde con un «siempre». Y es que Llabrés nació y creció, de manera literal, pegada al antiguo estadio Lluís Sitjar. En los medios del club recuerda que de pequeña nadaba en el ‘safareig’ del estadio, cuya agua servía para regar el césped.
Esta aficionada, que las ha vivido de todos los colores animando al equipo de su tierra, lleva toda la vida siguiendo al club balear. Explica que ha seguido al Mallorca por todos lados, en toda la geografía española y también en varias de las ciudades europeas más emblemáticas para el mallorquinismo. Son tantos los destinos que ha descubierto con el único objetivo de animar a su equipo que le resulta complicado citarlos a todos. Su hija, Maria Antonia Girón, le ayuda: «Ámsterdam, Birmingham, Edimburgo, La Coruña, Gijón, Zaragoza, Getafe, Leganés, Vigo, Miranda, Santa Eulalia del Río» están entre los destinos que ha recorrido, de Europa a Segunda B.
Es una práctica habitual en los aficionados de cualquier equipo y Emilia no iba a ser menos: los días y planes de la familia están condicionados por los partidos del Mallorca. Un domingo cualquiera para ella es el siguiente: «Primero, Misa. Después tenemos que comer y por la tarde, vamos a ver al Mallorqueta».
En el último entrenamiento del Mallorca antes del último partido disputado ante el Real Madrid Llabrés pudo conocer a la plantilla en Son Moix. Todos los jugadores y también el cuerpo técnico saludaron sin excepción a la aficionada. Sus lágrimas delataron la enorme alegría que vivió y dejaron patente su enorme mallorquinismo.
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