
Si no eres latinoamericano, no lo entenderías. No es fácil explicar que, mientras el mundo apuesta por los perfiles de deportistas impolutos, que sean ejemplo para niños y jóvenes, un interés deportivo quiera dar al traste con todo y haga temblar al aparato legal de un país. Hay que nacer de este lado del mundo para saber, pro lo menos, que no son fakenews.
La historia tiene como protagonista a Luciano Cabral, de 29 años, y una de las figuras consolidadas del fútbol chileno. Llegó a Coquimbo Unido en 2023, tras alguna aventura en con Argentinos Juniors y suma 46 partidos, ocho goles y cinco asistencias. No será contundente la cifra pero, desde el octavo puestos de las Eliminatorias al Mundial 2026, Chile no está para despreciar talentos. Por eso Ricardo Gareca, hoy seleccionador nacional, lo incluyó en la prelista para Copa América 2024.
Hasta ahí todo normal, un jugador ya grande pero con talento, que es de lo que adoleció el bicampeón continental en los últimos años.
Pero hay un detalle que descontrola todo: Cabral fue condenado en 2017 a una pena de nueve años de prisión por un asesinato ocurrido en Mendoza, en el que también estuvo involucrado su padre. Hay que decir que en 2022 logró la libertad condicional por buen comportamiento y desde 2023 está jugando con los ‘piratas’ sin contratiempos, pero su pena no se ha terminado de cumplir.
El asunto es de lo más complejo: si por un hecho de violencia de género se excluye sin más a un futbolista de un club o incluso de sus elección nacional, solo sobre la base del inicio de un proceso legal, ¿por qué una condena en firme por un delito de la gravedad del homicidio no lo inhabilita para participar en una Copa América o incluso un Mundial? Para Gareca, al parecer, opera el principio de segundas oportunidades: si ya está jugando el campeonato chileno, no hay diferencia a la hora de estar en la selección nacional.
Debate de marca mayor
Y mientras muchos intentar entender lo que en cualquier otro lugar del mundo sería un escándalo rotundo, en Chile se habla de la influencia deportiva que tendría el jugador, de un Gareca retador al sistema y de las estrategias legales para tener a Cabral vistiendo La Roja. Latinoamérica en su máxima expresión…
Sin embargo, a Gareca y a todos los incrédulos los respaldaría un tema legal extranjero: Estados Unidos habría rechazado la solicitud de visa Waiver que requiere el creativo para ingresar al país, lo que lo sacaría de la prelista.
En charla con ADN Deportes de Chile, Álvaro Bellolio, asesor del ente rector del balompié nacional y ex director de Migraciones y actual asesor de la ANFP, prácticamente descartó que el tan polémico jugador pueda representar a su país en mes y medio.
«Las reglas son claras sobre el tiempo que tiene que pasar después de haber pasado una condena y Luciano todavía está en ese período”, dijo, asegurando que hay una vía alternativa, la visa B1 para turistas, pero los tiempos ya no darían.
“La única opción es tener un permiso especial, pero es un proceso bastante complejo, necesita involucrar autoridades de alto nivel, gestiones en la embajada que es prácticamente imposible de hacer en menos de seis meses”, añadió Bellolio.
“Hay expectativa de que pueda participar en el Mundial 2026 (que también será en Norteamérica), pero para la Copa América es un reto bastante complicado, es muy poco probable que pueda estar el próximo mes”, concluyó.
Y es que, según la fuente, Gareca podría no contar con Cabral ni con otros posibles convocados que estuvieron recientemente en Cuca, aunque en esos casos si aplicaría la visa B1.