La victoria del Cádiz ante el Getafe había vuelto a encender las alarmas de la preocupación en el Rayo Vallecano. Los de la Franja veían de nuevo a los de Pellegrino a tan sólo cinco puntos y toda la responsabilidad pasaba a manos del equipo de Vallecas. En un escenario complicado y ante un Valencia revalorizado, Iñigo Pérez apostaba de salida por recuperar el carácter del ‘Pacha’ Espino en defensa, el físico de Crespo en un centro del campo que perdía el talento de Unai López y arriba la persistencia de un Sergio Camello que volvió a firmar un partido intachable en la generación de espacios y en el esfuerzo físico.
Esa pesada carga de la falta de puntería y la dolorosa derrota de hace siete días ante el Almería podían llegar a pesar en las piernas y en la mente de un Rayo atemorizado y que, pese al cambio de técnico, no ha conseguido recuperar la regularidad ni a nivel de juego ni de resultados. Pese a todo, la puesta en escena en Mestalla fue mucho más que de notable. Incomodando la salida de balón de un Valencia obligado a llevar el peso del juego, Mamardashvili terminaría frustrando de nuevo a los delanteros del Rayo.
En el primer tiempo, un remate desviado a la derecha de Álvaro García y sobre todo un brillante zurdazo de Camello, blocado por el guardameta georgiano, evitaron que esas buenas intenciones se reflejaran en el resultado. El propio futbolista utrerano en un mano a mano que no pudo culminar y un remate mordido de Unai López, que se terminaría encontrando con el palo, volverían a dejar en la segunda parte con la miel en los labios a la Franja.
Un punto que acerca la salvación a Vallecas
Sobre el papel, todo lo que sea puntuar en Mestalla para el Rayo siempre es positivo, aunque visto lo visto sobre el césped, los de Vallecas se marchan con la sensación de haber estado cerca de la victoria. A pesar de ello, sumar a estas alturas de la temporada siempre es bienvenido y así lo han ido reconociendo públicamente tras el choque desde Sergio Camello al propio Iñigo Pérez.
Con el punto, el Rayo se queda con 35, seis más que el Cádiz, pero dos menos de la renta de ocho con la que arrancaba el fin de semana. El miércoles, Vallecas se volverá a vestir de gala para afrontar la enésima oportunidad de dejar en el bolsillo ese objetivo que se llevaba resistiendo durante las últimas semanas.
El Granada de Sandoval les espera y todo lo que no sea ganar será seguir rizando el rizo, más si cabe, teniendo en cuenta que Barcelona y Athletic serán los dos últimos rivales del curso. Mejorar el resultado del Cádiz en Sevilla será dar portazo definitivo a una temporada con muchas curvas, pero que cada vez está más cerca de pasar a la historia.