Jesús Navas González. El futbolistas más importante de la historia del Sevilla -con los números en la mano- sigue arañando cifras y sumando récords en su más que longeva carrera, donde alcanzó con el de anoche sus 500 partidos en Primera división, cerca del Top-10 histórico de la competición y pudiendo aumentar esa cifra toda vez que se siente con el Sevilla para firmar el que debería ser último contrato de su carrera.
Porque Jesús está con fuerza y motivación para seguir dando guerra. Desde que debutase en la 2003-2004 con el Sevilla, hace 20 temporadas, el palaciego no ha hecho más que cosechar éxitos con el club que lo ha llevado al éxito. Jugador con más partidos oficiales, victorias, títulos y un largo etcétera. Hasta tiene el campo principal de la ciudad deportiva sevillista, donde se crían los futuros Jesús Navas, con su nombre.
Se marchó emocionado del césped ante el Cádiz por la ovación que le dedicó la grada. El club no hizo homenaje oficial alguno al entender por protocolo que se realizan por el número global de partidos, no en una sola competición. Desde su vuelta desde el Manchester City en 2017 -donde pasó cuatro años-, Jesús ha recibido un reconocimiento a sus 400, 500 y 600 partidos oficiales con el Sevilla.
Esta temporada también está siendo un jugador importante, sobre todo en el tramo final del curso y de la mano de Quique Sánchez Flores. Navas arrastra desde hace unos años un problema en la cadera que le impiden competir siempre al 100%. Sólo su espíritu de querer estar siempre sobre el terreno de juego han posibilitado que siga dando guerra y siendo imprescindible para todos sus entrenadores. También por esa ascendencia que tiene sobre el vestuario, con su amigo Sergio Ramos (dentro del Top-10) colaborando.
La lista de la selección
El último sueño de Jesús pasa por acudir con España a la Eurocopa. Es el único futbolista nacional con Mundial, Eurocopa y UEFA Nations League. El seleccionador ha contado con él en la fase de clasificación y sabe que sería el broche de oro perfecto para su larga carrera. Jesús sopla otra vez las velas de un nuevo récord. Y, cómo siempre, ya está pensando en el siguiente.