Inglaterra y Dinamarca firmaron un partido pleno de intensidad. Jugaron fútbol en el inicio y se castigaron después y el empate 1-1 fue mucho premio para el favorito y muy poco para su rival, que lo superó en varios tramos del partido.
Fue un primer tiempo de un dominio abrumador del juego danés más allá de los nombres británicos. Más los Erikssen, Hojberjg, Hojlund y Kristansen que los rutilantes Bellingham, Kane, Saka y Foden, porque otra vez el talento indiscutible de los últimos no funcionaba como equipo.
Claro, es fútbol y por eso Kane, a los 18 minutos, aprovechó un error de Christensen y la mandó a guardar para el 1-0 parcial, pero como su rival era más fuerte como conjunto se vio mal en los retrocesos y fue así como, por pura justicia, a los 34 Hjulmand, quien midió el remate perfecto, suficientemente lejos de Pickford y pegado al palo, para un lindo tanto que era el 1-1.
Y de ahí en más merecieron los de rojo mucho más pues hicieron ver mal a los Southgate en cada retroceso, en un mediocampo sin filtró porque ya Bellingham no marca sino que pasa más al ataque y a su espalda ni Rice ni Alexander-Arnold parecen confiables, y en un ataque con Kane y Saka imprecisos y casi desconectados.
Sin embargo, ayudó a la causa inglesa el descanso y Saka y Rice se animaron en el inicio con sendos intentos, bien resueltos por Schmeichel, cuyos compañeros tardarían hasta los 67 minutos en llegar, a través de la pelota quieta, con Hjulmand a manos de Pickford, y una vez más a los 72 con Hojberg y un traicionera remate que revolcó al dueño del arco inglés.
Inglaterra, que ya había sacrificado a Saka, Kane, Alexander-Arnold y Foden, todos de un partido más bien gris, tampoco resolvió tanto con Watkins, Bowen o Eberechi Eze y solo Gallagher mejoraría en algo la presión en el medio. La fortuna ayudó pues los daneses gastaron tanto al arranque que en el remate parecieron agotados y ya no fueron tan insistentes.
Tan así fue que, cuando a los 83, Bach se vio muy solo en su veloz carrera al arco y perdió opción de remate cuando le cayó la marca.
Pero, otra vez, ese Dinamarca que siempre fue más equipo, pareció rescatar una última gota de combustible y tuvo en Hojberg la mejor ocasión de ganar el partido con un remate al que Pickford solo pudo acompañar con la vista cuando salió apenas abierto.
De aquel himno de los Betales, el ‘Hey Jude’ que le dedicaban los ingleses a su figura, no quedó mucho. ‘Take a sad song and make it better’ (toma una triste canción y hazla mejor), le pedían al chico, al que se le nota el cansancio de la temporada y le faltan apoyos que lo rescaten.
Inglaterra suma 4 puntos en el grupo C pero otra vez no convence, mientras que Dinamarca, que lo perdonó y mereció mucho más, se quedó con 2 y ahora Eslovenia (2) puede hacerle un daño. Pierden más los que mejor juegan. Fútbol en estado puro.