
En cada rincón de Londres y en no pocos lugares del mundo siguen preguntándose cuándo se soltarán a jugar tantas estrellas, se se tardará mucho la versión real del favorito, en qué momento emergerán los talentos de la mejor liga del mundo.
Inglaterra igualó 0-0 contra Eslovenia en un partido larguísimo, de pocas acciones reales en los arcos, de chispazos y una repartición de puntos que era buen negocio para todos. ¿Habrá sido por eso?
Porque otra vez Inglaterra ofreció una versión de equipo cansado, de estrellas saturadas e inconexas que, como durante toda la Euro 2024, ha sido más expectativa que otra cosa, más puntos que buen juego.
Esta vez parecía que Eslovenia podía meterlo en problemas pero tampoco: fue un duelo de muchas precauciones, de apostar a no perder más que a ganar y de no correr riesgos innecesarios, todo a imagen y semejanza de Sotuhgate, muy criticado en su país por la tímida propuesta de un equipo con tanta jerarquía individual.
Un par de intentos de Foden de afuera, algo más de Kane y un nublado Bellingham resumen un primer tiempo en el que para los eslovenos el tema era el arco en cero y nada más. Ah bueno, una jugada de gol de Saka se anuló por fuera de lugar. Punto.
Película repetida en el complemento pues con el empate era Inglaterra el líder del grupo C, con 5 puntos, y Eslovenia se metía como uno de los mejores terceros a la siguiente fase.
Sobre el cierre Oblak apareció para negarle a Palmer su mejor ocasión de gol a los 90+2. Esa es la realidad de un equipo que sigue siendo promesa, por ahora incumplida. Habrá que ver si era todo una estrategia para ahorrar esfuerzos y la real dimensión se verá de cuartos en adelante. Veremos.