Lo que prometía ser una cadena de goles, éxitos y exhibiciones sobre el terreno de juego terminó por ser una fuente de problemas por la falta de adaptación, su escasa continuidad, sus enfados con los técnicos, sus recados a la grada o por un nivel muy alejado del esperado. Joao Félix termina una etapa de cinco años en el Atlético de Madrid que ha tenido de todo, pero por desgracia no ha dominado lo bueno. De esta forma, la marcha del portugués supone el final al paso de uno de los jugadores con más calidad de todos los que se han visto en la disciplina colchonera pero también a uno de los futbolistas que más alejado ha estado del rendimiento que todo el mundo esperaba de él.
Después de ser anunciado con unas fotos en el Museo del Prado, la entonces joven ‘obra de arte’ colchonera por la que se pagaron 127 millones de euros nunca fue capaz de tener un rendimiento acorde a lo esperado y pese a sus etapas de protagonismo, siempre terminaba volviendo al banquillo. De hecho, la primera temporada en la que se habló de su adaptación la terminó siendo suplente en un partido tan importante como fueron los cuartos de final de Liga de Campeones ante el Leipzig.
En su segundo año se intentó dejar atrás el millonario traspaso que había protagonizado. Comenzó con cinco goles y tres asistencias en sólo siete jornadas y todo iba de la mejor manera posible hasta que una lesión de tobillo se cruzó en su camino. Luis Suárez le robó el protagonismo en la punta de ataque e incluso Marcos Llorente mostró unos números muy superiores a los suyos. Se ganó LaLiga, pero él no fue el gran protagonista pese a asistir a Lodi en el inolvidable tanto contra Osasuna en la penúltima jornada. En esa misma temporada se vivió uno de los momentos más complicados dentro del vestuario pese al gran rendimiento que estaba mostrando el equipo. En plena lucha por LaLiga el Atlético visitó el estadio de La Cerámica y después de que Joao Félix saliera desde el banquillo, el luso marcó el segundo tanto de su equipo. Pero la diana quedó en un segundo plano tras la celebración. «Cállate la puta boca», gritó el portugués con una mirada desafiante al banquillo colchonero. Se trató de convencer a la opinión pública de que Lodi era el destinatario de ese mensaje por una apuesta con su amigo, pero la complicada relación que tenían ya por entonces entrenador y delantero hizo dudar de su veracidad.
La temporada 2022 – 2023 comenzó con el Atlético de Madrid rechanzado una oferta de 100 millones de euros del Bayern Múnich. Pese a las dudas que había con él dentro del terreno de juego en las oficinas seguían confiando ciegamente en un futbolista que semanas después terminó por alejarse definitivamente de su entrenador. Hasta diez partidos consecutivos sumó como suplente antes del Mundial de Qatar y la guinda fue su actuación en Oporto cuando el Atlético se jugaba seguir vivo en competiciones europeas. Se plantó en su antigua casa después de haber marcado dos goles en Cádiz, regresó al once titular, pero pasó desapercibido en Do Dragao.
Así, tras un Mundial en el que tampoco destacó, sin protagonismo en el césped y señalado por sus constantes enfados públicos cuando Simeone no contaba con él, puso rumbo al Chelsea en el mercado de invierno de 2023. A Londres llegó con la idea de no volver al Metropolitano, pero sus cuatro goles en 20 encuentro disputados no convenció entonces a su nuevo club. De esta forma, Joao regresó en verano de 2023 a la disciplina colchonera para hacer una pretemporada incómoda en el Atlético. No jugó un solo segundo por unas supuestas molestias e intentó por todos los medios fichar por el ‘club de sus sueños’ según él mismo dijo. Consiguió ir al Barcelona, pero la afición colchonera le tomó la matrícula.
En la Ciudad Condal todo el mundo recuerda su celebración tras marcar el gol de la victoria contra el Atlético en Montjuic y, obviamente, no se ganó el cariño de la grada del Metropolitano, pero por fortuna para él ya no se los tendrá que encontrar más vestido del colchonero.
Así, Joao Félix pone punto y final a su etapa en el Atlético con 132 partidos disputados, 34 goles marcados y 18 asistencias. Tuvo actuaciones memorables como ante el Barcelona, el Manchester United en Champions o la asistencia a Lodi en el encuentro ante Osasuna que significó medio título liguero. Pero sus desencuentros han destacado mucho más que todo ello y se marcha, claramente, por la puerta de atrás.