Dos veces ha entrado Luka Modric en los dos partidos que ha jugado el Real Madrid esta temporada. En Varsovia, en la Supercopa de Europa, y en Palma, ante el Mallorca. Las dos fuera de casa y a falta de un cuarto de hora. Una gran ovación al croata fue el nexo entre Varsovia y Palma. Aclamaciones que explican lo que es Modric para el mundo del fútbol.
Ante el Valladolid, Modric afronta su primer partido en el Santiago Bernabéu como capitán del equipo y la baja de Bellingham puede llevarle directamente al once. Es el arranque para el Real Madrid de una temporada en el que la figura del croata es uno de los interrogantes que rodea a este sexto proyecto de Ancelotti a los mandos del equipo blanco.
Los dos primeros partidos del Madrid han dejado la sensación de que el equipo blanco va a tener muchos momentos en los que necesite un jugador capaz de controlar los tiempos. Sin Kroos en el equipo, es a la figura de Modric a la que se mira en el centro del campo para encontrar ese rol.
De inicio, el 10 es un suplente claro en el plan que tiene Ancelotti. Valverde, Tchoauméni, Camavinga y Bellingham están por delante suyo, tanto si el Madrid parte de un 4-2-3-1, un 4-3-3 o un 4-4-2. Pero la puesta en escena del equipo ha demostrado que con Modric en el campo se juega a otra cosa, el control es mayor y los mecanismos se parecen mucho más al equipo campeón de Europa dos veces en las últimas tres temporadas.
En ese escenario surge el jugador al que su seleccionador, Zlatko Dalic, califica como «un guerrero que nunca se rinde». Camino de los 39 años, los cumple el 9 de septiembre, Modric ha demostrado muchas cosas, con el balón y sin él. Una de ellas es que todo el mundo sabe que sacar la bandera blanca no entra en su vocabulario. Va a pelear para que su rol sea como mínimo el de la temporada pasada. Con la ventaja de que en la plantilla su perfil es único.
En la 2023-24, Modric apareció en 46 de los 55 partidos del Madrid. Fue titular en 26 de ellos en una temporada en la que su cambio de rol fue evidente, pero en la que tuvo una buena dosis de importancia en el camino que acabó dos veces en Cibeles.
Esta temporada la situación de la que parte es desde un paso más atrás, pero sus intenciones son las mismas: acabar la temporada, que se supone será la de la despedida del Madrid, con minutos de calidad en el equipo. Lo visto hasta ahora indica que su fútbol es una necesidad en este Madrid.
La Séptima, Puskas, el Mundial…
El hambre de Luka Modric no mengua. Le da igual ser ya el jugador de la historia del Madrid (27). Quiere más. La temporada se le presenta con la opción de seis títulos más por delante después de ganar la Supercopa de Europa. Con Nacho y Kroos fuera del equipo, el croata y Carvajal se pueden convertir en los primeros futbolistas en tener en su palmarés siete Copas de Europa. De las 12 ediciones que ha jugado con el Real Madrid, Modric ha ganado la mitad. Una barbaridad.
En la historia del croata con el Madrid hay una fecha marcada en rojo. Será después del parón de selecciones de octubre. El 15 de ese mes, Croacia jugará contra Portugal en suelo luso.
Ese día, Modric tendrá 39 años y 36 días. Esa es la edad exacta con la que Ferenc Puskas jugó ante el Betis el 8 de mayo de 1966 en los cuartos de Copa: 3-2 en el Villamarín. Quedaba marcado el tope del jugador más veterano en la historia del equipo blanco.
El fin de semana del 19 y 20 de octubre, el Madrid visitará Balaídos. Será en la casa del Celta donde Modric puede elevar el listón marcado por Puskas hace 58 años.
Y al fondo, el sueño de no dejar el fútbol sin ganar un título con Croacia. Lo volverá a intentar en la Nations League, la que se le escapó en 2023 ante España en la tanda de penaltis en Rotterdam. Después de eso sólo quedará un año para el Mundial de Estados Unidos. Demasiado cerca para pensar que quien nunca se rinde no lo vaya a intentar.