El micrófono que se arrima durante las pausas de hidratación se ha convertido en uno de los temas del verano.
Y hay entrenadores que se han quejado por la forma: no se sienten cómodos ante la presencia de la famosa pértiga. «Uno no está igual cuando te están escuchando que cuando no. Porque no eres tú mismo», explicaba Ernesto Valverde
Y hay entrenadores que se han quejado (o directamente se han
dado la vuelta para que no se les escuche) por el fondo: no quieren que trasciendan sus instrucciones. «
Como a nadie le importa lo que nosotros hacemos, la pausa está ahora así
y hay que aguantarla», espetaba Simeone.
Los dos tienen razón, como la tiene quien defiende que
el producto resulta atractivo para el espectador
, así que apenas habrá solución cuando llegue el frío y desaparezcan las pausas (de hidratación, conviene repetirlo). Mientras tanto, una de tensión.
¿Saben a quién le trae al pairo todo esto?
Al aficionado. Al que va al estadio. Al que no escucha ni falta que le hace
… Ojalá se preocuparan por él tanto como se preocupan por el cliente.
Y sí, ya sabemos que
pagan las televisiones
(respuesta tan habitual como demagógica)…
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